El martes 25 de enero finalizó el plazo para la inscripción de los inmigrantes que quieran participar en las elecciones municipales de abril de este año.

Desgraciadamente, este derecho, reclamado desde hace mucho, se ha otorgado de forma restringida a un pequeño número de países y además la inscripción se ha hecho de forma tan descaradamente chapucera y con una falta de conocimientos tal que nos lleva a pensar, a las asociaciones de inmigrantes, que esto sólo ha sido un gesto de cara a la galería, cuando la realidad es muy distinta y lo respaldo con los siguientes argumentos irrefutables.

-Se otorgó el derecho a voto a los inmigrantes de solo los siguientes países: Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Paraguay, Chile, Nueva Zelanda y Noruega. Por tanto, se han quedado fuera importantes colectivos como argentinos, uruguayos, dominicanos, venezolanos o mexicanos entre otros. Y se les otorga a pequeños colectivos como paraguayos o neozelandeses.

-Se ha ligado el derecho al voto a convenios de reciprocidad y no al hecho de que los inmigrantes legales aportan con su trabajo impuestos y acato absoluto a las leyes (como cualquier ciudadano), al desarrollo de España y que estos apuestan por una integración plena en la sociedad en que el derecho a votar es fundamental.

En este sentido, el Gobierno central desconoce que en muchos países, sobre todo latinoamericanos, los españoles y otros extranjeros pueden votar en sus elecciones. Uruguay, Chile, Perú, Argentina y otros países tienen en su constitución y desde hace muchos años, el derecho de los extranjeros a votar en estos países, cada uno con ciertas restricciones, es cierto, pero ya los españoles podían hacerlo, por tanto, firmar acuerdos de reciprocidad sobre un hecho ya existente, no es más que poner trabas y rizar el rizo.

-El plazo para la inscripción fue totalmente insuficiente, tomando en cuenta los días no laborables de diciembre y enero. Tanto así que a última hora se alargó otros 10 días.

-Las exigencias de un certificado de residencia que tarda más de 10 días en expedirse, aparte de pedir cita previa (otros 8-10 días laborables) y el pago de 7 euros por dichoso papelito, se ha convertido en otro obstáculo, solo el lunes (un día antes) se quitó este requisito.

- La desinformación de la propia Oficina del Censo Electoral, de Policía Nacional y de Inmigración han hecho que muchos extranjeros desistan de inscribirse después de peregrinar del censo a Policía, de Policía a Inmigración y ahí de vuelta a la oficina del censo sin poder hacer el trámite.

El domingo pasado el periódico Información publicó un reportaje sobre la influencia del voto extranjero en las próximas elecciones. Desde el punto de vista teórico, muy acertado, con cifras y datos exactos y muy bien elaborados. Sin embargo, nada de las conclusiones se cumplirán debido a que la realidad de esta monumental chapuza del Gobierno actual desbarata cualquier previsión.

Tomando en cuenta esta carrera de obstáculos y el hecho de que otros importantes colectivos de extranjeros (ya comunitarios) como búlgaros y rumanos, en su inmensa mayoría, no les interesa en absoluto votar, ni aquí ni en sus países, la incidencia del voto extranjero será mínima.

Lo más ridículo es que al propio Gobierno que otorga este derecho, en teoría le beneficiaría, ha perdido una oportunidad de oro para captar el voto inmigrante.

Por cierto, hasta el momento en Alicante sólo una candidatura incluye en sus listas a inmigrantes, a pesar de que en repetidas oportunidades lo hemos sugerido a diferentes partidos como reflejo de la composición de nuestra sociedad.