H ace unas semanas CC.OO. y UGT, después de más de catorce meses de paralización en la negociación del Convenio de Transportes de Mercancías, anunciábamos un mes lleno de movilizaciones. Estábamos en plena campaña de información a los trabajadores del sector, sobre la necesidad de subir los salarios, y lo hacíamos en aquellas empresas donde podíamos, todavía hay algunas donde se viven otros tiempos. Además, Comisiones Obreras aprovechaba el momento para hablar con los empresarios de la realidad que vive el sector, donde una parte de empresarios paga salarios superiores a los establecidos en convenio, porque saben que es imposible encontrar profesionales por menos de mil euros.

Aprovechábamos para comentar que iba siendo hora de acabar con las prácticas habituales de algunos empresarios, poco escrupulosos, de incumplir el convenio, sobre todo en lo referente a los excesos de jornada no retribuidos, ya que esos «piratas» están haciendo competencia desleal, revientan los precios, quedándose en definitiva con una parte del mercado que sólo mira precios.

Lo cierto es que encontramos gran receptividad en los empresarios del sector. Comprobamos cómo éstos empresarios también sufren las consecuencias de esos «otros» para los que la legalidad y las normas son obstáculos que, «la democracia y los rojos de los sindicatos» les ponen al libre mercado y a su iniciativa privada (y decimos también porque somos los trabajadores quienes primero padecemos las malas prácticas empresariales);. En este sentido, desde Comisiones Obreras creemos que la Patronal se debe implicar activamente en la eliminación de estas actitudes que todos conocemos y a todos perjudican.

El enemigo no es el trabajador que reclama mejoras, el enemigo está entre los suyos; los empresarios que no pagan lo establecido, los que obligan a realizar más jornada, los que exigen menos tiempo en los recorridos, los que no cumplen con las normas de seguridad, es decir, normalmente el enemigo lo tienen en casa, es su «amigo» el empresario, no el sindicato que le reclama. De estas cosas hablábamos.

Pero en un mercado tan globalizado como es el del transporte, ese dumping empresarial también se da de otra manera. Empresas con implantación en todo el Estado y cumpliendo los convenios, pagan menos en Alicante que en Valencia o Murcia, contratan personal en Alicante para realizar trabajos en otras comunidades, aplicando una especie de «directiva Bolkestein» de andar por casa. Porque Alicante es más barato, somos como los productos del Top manta: buenos, bonitos y baratos. De esta realidad también les hablamos no sólo a los trabajadores para exigir una equiparación necesaria, sino a los empresarios, porque solamente con la compresión del origen del conflicto, podríamos evitarlo.

Los trabajadores de la provincia de Alicante estamos acostumbrados a los lamentos del sector empresarial ante las inversiones que se realizan en Valencia, potenciando el desarrollo empresarial en la capital en detrimento de nuestra provincia. Cuando la clase empresarial, porque existen todavía las clases, reclama mayores inversiones, mayor dotación de infraestructuras, mayor volumen de negocio en el puerto y aeropuerto, no es por el bien de los ciudadanos, no nos confundamos, quieren que con el dinero de todos subvencionemos la iniciativa privada.

Estamos convencidos que la Patronal de Transportes de Mercancías nos comprendió. Aunque este convenio les parezca que tiene un incremento de costes alto, comprendieron que debemos jugar con las cartas sin marcar, y la competencia debe ser en calidad de trabajo y no en reducir los salarios y derechos laborales. Por ese motivo hemos firmado un buen convenio para todos, sin molestar a los usuarios, a los ciudadanos, ni a los trabajadores o las empresas.

Pero la realidad del sector del transportes de mercancías se da en otros sectores. Sin ir más lejos, la semana que viene, después de más de seis meses, vamos a iniciar la negociación en las empresas transitarias y consignatarios. En este sector, donde los salarios no llegan a los 800 euros, la promoción profesional se cercena con leguleyos argumentos, la conciliación no existe... las diferencias con otras comunidades y provincias son notorias, y algunos de estos empresarios son los que solicitan la equiparación con Valencia, pero no en salarios o en condiciones de los trabajadores sino en infraestructuras para que ellos puedan ganar más.

Uno de los casos más sangrante posiblemente sea el del transporte de viajeros. Este sector debería escuchar el mensaje que les trasmiten sus «colegas» de mercancías, y acabar con aquellas que hacen «trampas» en lugar de tratar de impedir la actividad a Comisiones Obreras, pero bueno, esa es otra historia, todavía sin final feliz. Sigamos el ejemplo de trabajadores y empresarios del transportes de mercancías, y evitaremos un conflicto y muchos accidentes.

Vicente Alcaraz Mira es secretario general de Comunicación y Transportes de CC OO en Alicante.