Dicen que el refranero español es un compendio de la sabiduría popular acumulada. Ahora que nos encontramos en el inicio de la temporada de nieve, esperemos que también llegue el año de bienes, porque tal como pinta, parece que los bienes, como siempre, serán para los mismos. Es que dinero llama a dinero.

Al ver la foto del Gobierno con los empresarios que gestionan el 40% del Producto Interior Bruto del país y leer la receptividad del Gobierno con las propuestas empresariales así como su prisa por actuar y no tanto negociar, no he podido más que pensar que estos son los pastores que nos dirigen y las y los trabajadores somos sus ovejas, así que o nos ponemos en guardia o estamos amenazados de muerte.

El presidente del Gobierno dice que "los empresarios se han comprometido a utilizar la flexibilidad que les ha proporcionado la reforma laboral". Tampoco esto es una muestra de ingenio, ya que la reforma abarata claramente el despido al tiempo que permite no negociar con la representación sindical las modificaciones de condiciones de trabajo. Se juntó el hambre con las ganas de comer y nos pegan el bocado a los de siempre.

Pero nuestro empresariado es voraz, cuando no ha podido en España se ha ido fuera a competir en la vulneración de derechos laborales ya sea en Bolivia, Ecuador, Marruecos o Asia. Ahora que le viene de cara, aprovechan la ocasión y le exigen al Gobierno del PSOE que para contentar a "los mercados", es decir, a ellos mismos, tiene que bajar los impuestos, adelgazar la Administración, en palabras llanas privatizar los servicios públicos, y reformar las pensiones, o sea ampliar la edad para tener derechos a la jubilación, así como recortar la negociación colectiva, que es lo mismo que decía el sinvergüenza de Díaz Ferranz: "para salir de la crisis los españoles, suponemos que a los emigrantes los quiere tirar por la borda, deben trabajar más y cobrar menos".

La foto de los pastores -empresarios y Gobierno-, demuestra que las ovejas -la mayoría de la ciudadanía- vamos a sufrir en nuestras carnes el desempleo, la desregulación, la pérdida de nuestras viviendas, la pobreza. Hoy nadie duda que se está instaurando la dictadura del capital, que nos gobierna el mercado, y que el partido socialista renunció a sus principios porque tenía otros, como Groucho Marx.

Aunque no seamos del grupo de los elegidos, le vamos a hacer alguna propuesta por si tiene a bien atenderla, que nunca es tarde si la dicha es buena.

Centrándonos en Alicante, aunque esto puede ser exportable al resto del Estado, hay muchos colectivos que están reclamando a sus empresas no hacer horas extras, por ejemplo: los trabajadores del Consorcio de Bomberos de Alicante le ha comunicado a la Diputación que ellos no quieren hacer horas extras por varios motivos, uno, por garantizar la seguridad de los ciudadanos y la suya propia y, otro, muy importante, porque con las horas extras que se hacen en los bomberos de Alicante, que no son fruto de la catástrofe sino de la falta de personal, daría para aumentar la plantilla en más de 80 personas.

Los conductores de autobús han comunicado también a su empresa que no quieren hacer horas extras, lo que supondría un incremento de más de 25 conductores.

Hay una empresa de transportes de mercancías que tiene firmado un acuerdo donde se realizan 48 horas semanales, con un promedio de 202 horas mensuales. Por cada cuatro conductores podrían contratar uno más, con lo que la plantilla se incrementaría sin coste alguno para la empresa en más de 100 conductores.

El sector público tampoco se libra de los excesos de jornada, lo único es que suele retribuir a aquellos que tienen responsabilidad, pagando prolongaciones de jornada como productividad, que son como los pimientos de padrón, unas veces se hacen y otras no.

Parece que Zapatero solamente sepa ese refrán que dice: "Donde hay patrón no manda marinero", y evidentemente él es el marinero. Pero los trabajadores y trabajadoras, el próximo 18 de diciembre, en las manifestaciones que hay convocadas le podemos recordar otro: "A cada cerdo le llega su San Martín".