Manolo Pamies escribió "Delfines en Torrevieja". Al leer ese brillante artículo, se me ocurrió complementar su muela de delfines con el ranario local. Y es que, en una época en la que estos anfibios están en extinción, los y las que han salido ranas son casi manada en Torrevieja. Si los llamados delfines -algunos de los cuales se han transformado en tiburones de dientes quebradizos como Domingo Soler-, nadan por las gurtelianas aguas del PP, el ranario encuentra su hábitat más idóneo en las estancadas aguas de las familias del PSOE. Tras 40 años de vacaciones, la llegada de la Democracia cogió al PSOE tan en mantillas que tuvo que nutrirse de personas del PCE y buscar un príncipe o princesa como cabeza de lista en las primeras elecciones en 1979. La elegida fue Rosa Mazón, no por su trayectoria política, inexistente, sino por ser una comadrona muy popular. Con ella el PSOE ganó con mayoría absoluta en 1979 y 1983. Pero mediado el segundo mandato, empezó el croar del ranario socialista y Rosa dimitió como alcaldesa entregando la vara de mando a Joaquín García, el nº 2. Nunca se explicó con claridad lo sucedido.

En las elecciones de 1997, Rosa encabezó una lista independiente CUT (Candidatura Unitaria Torrevejense). Entre la CUT y el PP sumaban la mayoría pero, ante la presión del PSOE y de mucha gente de izquierdas que se le tiró a degüello, dejó que fuese nombrado como alcalde en minoría Joaquín García. Del ranario del PSOE surgieron dos cosas muy raras: Para las elecciones se dice que promovió una lista llamada Progresistas Independientes (P.I.), encabezada por el salinero Manolo Mirete y de la que formaban parte Martínez Andréu y Angel Sáez, con el objetivo de impedir la representación de I.U. (cosa que consiguió); poco después, el alcalde socialista tuvo que volver desde Sevilla para frenar una moción de censura presentada por el socialista Gabriel Samper. La CUT y el PP presentaron una moción de censura en 1988, a la que luego se sumó el socialista Esteban Rosado, con la que empezó el largo alcaldado de Hernández Mateo y la hegemonía del PP.

Tras las elecciones de 1991 ganadas por el PP con mayoría absoluta, y en las que Samper fue el cabeza de lista, se asistió a un mandato de complacencia o/y resignación con el alcalde del PP; complacencia rota por las denuncias de irregularidades y escándalos del alcalde y el PP que empezó a realizar en solitario el concejal José Manuel Dolón García.

Para 1995, el PSOE volvió a buscar a alguien popular y, a falta de comadrona, la carnavalera Mari Carmen Montesinos (esposa del exconcejal Bañuls) fue la elegida, aunque el partido siguió controlado por Samper y compañía. Pese a su voluntarismo, la bisoñez política de la Montesinos era evidente. Acabó saliéndole rana al PSOE cuando, al saber que no repetiría en 1999, con el apoyo del PP, empezó a rajar junto con Martínez Andréu contra la candidatura unitaria de izquierdas PSOE-Progresistas, encabezada por Joaquín Cos y en la que resultó elegido por primera vez como concejal Manolo Vera. A Mari Carmen Montesinos el PP le pagó muy bien sus servicios: Sigue estando como asesora enchufada a dedo por el alcalde cobrando varios miles de euros al mes, y los del PSOE la miran como si fuese "sapa" y no rana. Con ella, otros exconcejales socialistas también se pasaron al PP.

Las características de un grupo municipal con concejales de dos partidos, dificultaron en gran medida el maridaje PSOE y PP (con la vergonzosa excepción de la presión que aconteció con el asunto del contrato del alumbrado público municipal en la que Cos y Vera emitieron un extraño croar). Muy pronto, el propio ranario socialista puso en cuarentena a Cos.

Para 2003, el PSOE creyó encontrar a su príncipe frente a Hernández Mateo en el abogado Angel Giménez, secundado por Vera. Ambos pudieron controlar y acallar el estridente croar del partido y repitieron en 2007. El empeoramiento del resultado con respecto a los anteriores comicios, condujo a la dimisión de Giménez y de Vera y a la ebullición de un insoportable croar que condujo al tándem Giménez-Vera a apoyar el advenimiento de Ángel Sáez a la Secretaría para evitar que los tapados se hicieran con su control. Parecía el ranario pacificado hasta que estalló la guerra entre la Ejecutiva de Sáez y el Grupo Municipal de Giménez, en la que los dos bandos se acusaban de haber salido ranas. Cansado de sentirse rana, Giménez dimitió y se alejó del croar cual culebrilla silenciosa, dejando a Vera como portavoz. Vera se pasó definitivamente al bando del alcalde del PP y fue expulsado del partido junto con sus concejalas afines; desde el PSOE le miran como si el hombre fuera un sapo. Otra concejala díscola, Mª Jesús Díaz Puebla se equidistanció de ambos bandos para irse a croar como concejala no adscrita y propósito aún no revelado. Para las elecciones de 2011, el PSOE ha nominado como cabeza de lista a Angel Sáez. Desde el PSOE dicen que es un auténtico socialista; o sea, lo mismo que dijeron de los anteriores. Merece el benéfico de la duda, como también lo merecieron los anteriores candidatos. Sobre el futurible croar del ranario socialista es muy aventurado opinar; pero, viendo los precedentes de la historia de ese partido desde 1979 hasta la fecha, es para que algunos estén ya croando...