Oscar Wilde escribió, allá por el año 1895, una novela titulada: "La Importancia de lo serio". En inglés tiene un doble sentido que se pierde en la traducción, ya que el nombre Ernest y la palabra "earnest" (serio) son homófonas, suenan igual fonéticamente. El tema de la novela versa sobre las costumbres y seriedad de la sociedad inglesa, ubicada en la época victoriana, caracterizada por las férreas normas establecidas, quedando el título definitivo tal y como hoy la conocemos: La importancia de llamarse Ernesto. Esa seriedad y su derivada importancia son las que ondean hoy en el mástil que simboliza el logotipo de la Sociedad Cultural Casino de Monóvar, avaladas a través de sus ciento treinta años de existencia.

Centrando nuestra atención en los Casinos, no podemos imaginar a Alicante y su provincia huérfana de ellos, menos aún de los provincianos, ya que son parte sustancial de la historia de cualquier ciudad que se precie de tenerlos. Estas asociaciones privadas de marcado carácter cultural y recreativo, también denominadas Club, Círculo, Ateneo etc., se fueron extendiendo a partir de mediados del siglo XIX. La masa social estaba formada únicamente por personas que tenían profesiones, aficiones o ideas políticas similares, ello originó la existencia en una misma población de más de un Casino.

Escasas son las sociedades de ámbito cultural que pueden hoy presumir a escala provincial de cumplir una mayoría de edad simbólica, aportando su centenaria permanencia y están relacionadas con eventos de gran trascendencia que tuvieron lugar en su recinto, imborrables acontecimientos dentro de la historia local. Punto de referencia, así como admiración de foráneos, como ocurre en el caso del Casino de Monóvar, cuando contemplan sus instalaciones y se sorprenden al conocer su fecha de fundación, ya que quien la visita por primera vez ve que se trata de una construcción relativamente moderna a juzgar por su actual y esmerado estado.

Habría que remontarse al año 1862 con el fin de conocer los orígenes del Casino y sus cambios acontecidos para desembocar en lo que es la presente sociedad. Algunos aspectos desconocidos han sido desvelados gracias a la aportación documental de Consuelo Payá Amat.

Casino del Teatro es sinónimo de Casino de Monóvar. Suponía el lugar de encuentro de los conservadores, donde se dan cita la clase dominante de la ciudad como así lo atestigua la lista de mayores accionistas al fusionarse con el Círculo Agrícola e Industrial. Nace este Círculo, nutrido por pequeños y medianos empresarios, para contrarrestar el poder que ejercían los conservadores, en cuyas tertulias y reuniones se cocía y dirigía temas políticos, incluso decisiones de nombramientos de alcaldes, utilizando si fuera necesario el tan socorrido "pucherazo". Se trata de terratenientes que viven holgadamente de los beneficios que les proporcionan sus fincas y acuden al Casino a disfrutar del tiempo de ocio. Además el Círculo se origina por otra causa determinante, como es el desarrollo de movimientos sociales del proletariado que se suceden durante esa época, coincidiendo con el Primer Congreso Obrero Español celebrado en Barcelona y el Congreso Obrero, en Valencia.

Tras dieciocho años funcionando por separado (1862-1880) los socios del Casino luego de varias negativas anteriores a sus convecinos del Círculo, en una actitud de altura de mira, deciden fusionarse. Una vez presentada la correspondiente instancia por la Junta de Gobierno del Casino de Monóvar solicitando la autorización, dirigida al Ayuntamiento con el objeto de formalizar y mantener entre los asociados estrecha relación y vínculos de compañerismo, según reza el Reglamento, se concede el permiso para establecer el mencionado Casino, firmado y rubricado por el alcalde Julio Pina Blanes y Joaquín Alfonso Prats, secretario, a primero de enero de 1880.

Ciento treinta años contemplan a la Sociedad Cultural Casino de Monóvar. Toda una dilatada trayectoria vinculada a la ciudad y su entorno cultural, gracias al esfuerzo de la masa social que abarca varias generaciones de socios desde su inicio. Amén de un afán de proseguir en esa tarea y una disposición incondicional de la actual junta directiva para alcanzar cotas mayores.