Lunes

EL ICONO

Para quienes no nos gusta el automovilismo ni sabemos distinguir una rueda para pista mojada de otra de molino, las carreras de Fernando Alonso en las antípodas nos permiten conocer el resultado cuando encargamos el desayuno al camarero. El hombre sirve la tostada como quien ha visto todas las carreras (y servido todas las tostadas) y comenta confidencialmente "ha ganado Alonso". Esto está bien. Es la traslación al siglo XXI del universal "¿qué número tocó ayer?" o del mucho menos importante "acabo de ver la esquela de fulano". Pero, cuidado, hablamos de Alonso. Por motivos que sólo puede conocer Rubalcaba (dicen que lo sabe todo tras haber apoyado a Almunia contra Borrell, a Bono contra Rodríguez Zapatero y a Trinidad Jiménez contra Tomás Gómez), Fernando Alonso ya es más importante que la Fórmula Uno, los bólidos con alerones de nitroglicerina y el cretino que le pregunta en boxes por sus sensaciones antes de la carrera.

Martes

CUESTIÓN DE PLUMEROS

Uno: José Blanco se ha visto obligado a intervenir en la tertulia de Carlos Herrera para aclarar que cuando dijo hace dos días que a Rajoy se le veía el plumero mucho más que al resto del PP no quería decir que a Rajoy se le viera el plumero mucho más que al resto del PP. Se le ha visto a él, claro. Dos: un amigo me indica que mi frase de la semana pasada acerca de que no apreciaba nada particularmente sugerente en los morritos de Leire Pajín "también" podría ser catalogado como un comentario machista, vaya por Dios. Tres: un transeúnte no ha podido reprimirse al paso de una progresista encorsetada, liposuccionada, taconeada, siliconeada y mechada y ha murmurado con lascivia "somos Europa". Ella le ha contestado "tú no". Cuatro: la misma cadena gubernamental que está exorcizando al alcalde de Valladolid emite en horario de mañana cursos de ciudadanía impartidos por una actriz porno. La frontera que separa la imbecilidad del equilibrio ya no admite salvoconductos: somos imbéciles.

Miércoles

LOS GURÚS

Conviene leer la prensa económica de vez en cuando ya que siempre intenta explicar algo esencialmente inexplicable para el lector. Esto la diferencia de la prensa deportiva, que se esfuerza por convertir en ininteligibles sucesos primitivos. Así que centrémonos por higiene mental en la estadística y no en las nuevas zapatillas de Cristiano Ronaldo. Aunque no he entendido una palabra, una noticia da cuenta de que los pronósticos encontrados del Banco de España y del Gobierno obligarán a ambos a pactar las previsiones de crecimiento del PIB y del déficit público. En román paladino, el optimismo del Gobierno y el pesimismo del Banco de España aconsejan situar las expectativas en un término medio. Surgen entonces dos preguntas retóricas: para qué sirven las previsiones y, ante todo, para qué sirven el Banco de España y el Gobierno. Botín parece haber reflexionado últimamente al respecto y ya prodiga carantoñas a Rajoy.

Jueves

DOS GESTOS

Es inútil especular si la dimisión de Roque Moreno responde tanto a un arrebato de dignidad como a un ajuste de cuentas interno. El saludable gesto de la renuncia cuando se descubren trapicheos notoriamente livianos (recomendar al hijo de un amigo ante un empresario ¡Intolerable!) contrasta con la pendenciera actitud de la alcaldesa: lo suyo no es tráfico de influencias sino filantropía. Y volverá a ejercerla cuantas veces lo estime oportuno. Bien, ocurre que la alcaldesa no puede convertirse en una agencia de colocación de conocidos ante las empresas que contratan con el Ayuntamiento porque inevitablemente se seleccionará a las empresas más dóciles y no a las que ofrezcan un mejor servicio. Créanme, está en la naturaleza humana y ni siquiera Sonia Castedo es inmune a la tentación de confundir el interés propio con el general. Paso por alto su crucero en el yate de Enrique Ortiz (todo el mundo ha navegado en él) y, ya en clave patriótica, me alegra que por fin aparezcan nombres ilicitanos en el sumario: comenzaba a estar harto de que sólo se hablara del Hércules, Rabassa, la "bellea del foc" y el presidente de la Diputación. El sur también existe.

Viernes

EL RANGO

Esta semana han fallecido Ernesto Kirchner, Marcelino Camacho, José Mourinho y el pulpo Paul. Del sepelio de Kirchner puede decirse que al menos no ha habido víctimas y que la representación española estaba encabezada por Felipe González, otro expresidente conferenciante que comenzó a tener ideas en cuanto abandonó la Moncloa; de Marcelino Camacho todo el mundo pensaba que ya había muerto y con él se marcha un retazo claroscuro de algunos momentos trascendentales; José Mourinho no es el entrenador del Real Madrid, sino un señor gallego cuya notoria muerte deriva precisamente de que no es el entrenador del Real Madrid; en cuanto al pulpo Paul, ha muerto de viejo, una circunstancia reiterada en los seres vivos. Bien, adivinen cuál de los cuatro óbitos mereció la apertura en telediarios y grandes titulares en portada. No, no lo digan.