Querido José Carlos:

Me he opuesto, y lo he dicho públicamente, a que el Ayuntamiento de Elche, del que formo parte, "alquile" el legado de Miguel Hernández. ¿Por ello ataco la memoria de uno de mis poetas preferidos? ¿Por ello ataco la memoria de un hombre al que ideológicamente me siento vinculada?

Durante años el Ayuntamiento de Elche, en solitario, ha custodiado, restaurado, inventariado, catalogado y puesto a disposición de investigadores como usted el mencionado legado siempre con mi voto favorable. ¿Soy ahora una persona distinta? ¿Amo menos al poeta?

Considero, como usted, que los herederos de un poeta tienen el perfecto derecho a sacar el mayor rendimiento posible a la herencia que éste les haya dejado, pero a diferencia de usted debo calibrar el modo en que se invierte el dinero de los ilicitanos.

He dicho por activa y por pasiva que dicho legado habría de ser propiedad de una institución pública y, en este sentido, que el Ayuntamiento de Elche habría de hacer un esfuerzo para adquirirlo, pero nunca por encima del valor económico que hayan fijado los técnicos responsables de estas peritaciones en los más cualificados centros del Estado. ¿Estoy atacando la memoria del poeta?

Cuenta usted todo lo que se va a llevar a cabo con la nueva fundación. Se lo agradezco. Soy la Teniente de Alcalde de Cultura del Ayuntamiento que piensa llevarlo a cabo y no conocía el proyecto con la profundidad que lo describe. Me asalta, eso sí, una duda: lleva el legado entre nosotros alrededor de veintisiete años ¿por qué no se ha presentado, ni puesto en marcha proyecto tan ambicioso? ¿Se llevará a cabo ahora o sólo pagaremos el alquiler?

Ignoro, y espero ansiosamente que usted me lo explique, qué relación existe entre alquilar el legado y llevar a cabo esa internacional divulgación de Miguel Hernández que describe, máxime cuando los investigadores opinan que en el citado legado no queda nada inédito de Miguel, tras la inclusión que usted felizmente hizo en sus Obras Completas y la Tesis Doctoral de Carmen Alemán.

De lo que conozco del proyecto, lo referido al legado se limita a concluir unas catalogaciones que se hallan, en lo referido a Miguel, realizadas en un noventa por ciento y digitalizar como mero instrumento de conservación, pues la Fundación no es libre de publicar sin previo pago a los herederos, ni se cita si a su disolución podrá seguir utilizando ese material -lo dudo-. Es decir, alquilamos para custodiar.

El pueblo de Elche, señor Rovira, tiene enormes carencias en materia de patrimonio bibliográfico y documental, aquel que por ley le incumbe, para dedicarse a grandes proyectos internacionales que en nada benefician a sus habitantes por mucho que a usted como investigador le interesen.

Por último, José Carlos, como a ambos nos interesan la protección de ese legado te propongo que encabecemos, en el año del Centenario, la petición a la Generalitat Valenciana de incoación del expediente para declaración de Bien de Interés Cultural del legado de Miguel Hernández, algo que no parece interesar a nadie, pese a ser la actividad más importante de este centenario cara a garantizar su conservación y acceso. Estoy segura que el Ayuntamiento de Elche cedería gustoso sus inventarios del legado.