A principios de año, la Unión Europea estudiaba volver a garantizar los precios agrarios. Era ésta una idea tanto del nuevo comisario de agricultura como del presidente del Gobierno. Pero estos asuntos se deben tomar con paciencia, dados los intereses que están en juego.

Hemos visto un síntoma en la recuperación de la producción. Así debemos catalogar la noticia de que Alcanar vuelve a su trabajo habitual de tantos años y de su propia historia. De la misma forma nos lo demuestra la aparición de nuevas variedades, hecho que impulsado a Alcanzar a reemprender la fabricación de nuevo. Ahí están los exportadores de siempre intentando adquirir estos productos, así como varios grupos entre los que están los más preparados, iniciándose bajo la forma de clubes, prueba de ello es que los exportadores españoles no rehuyen el formato, al igual que el grupo de 50 de la zona de la burriana naranjera.

Sin duda, Alcanar va a tener trabajo de nuevo, al menos, para una larga temporada, pues todo indica que las nuevas variedades son alcanzan relevancia en el mercado. Para nuestro país el reto es importante, porque supone el ser o no ser de una larga historia en la que los grandes grupos añaden el hecho de haberse dado cuenta que es una cuestión colectiva y de unión mantener el palmarés de la exportación, en especial cuando aparece una noticia como la que acabamos de mencionar. Así, los productores quieren los cítricos verdes como muestra de calidad. En el caso de que esta idea adquiera fuerza, habría que ofrecer un nuevo enfoque. Y hay que pensar la evolución de los grupos citrícolas, pues una de las organizaciones que ha superado la prueba lo ha hecho a través del desarrollo de una nueva variedad de clementinas. Nos referimos a la central de cooperativas a la que se conoce con el nombre de Anecoop.

También en Andalucía se han percibido movimiento a favor de las producción citrícola y la búsqueda de nuevas variedades. Y las nuevas noticias señalan que se están realizando esfuerzos en la oferta al exterior para no caer en la competencia local y tratar de hacer frente a la política de precios de los países emergentes, que no se basa en la calidad y el buen trabajo. Las noticias de mis amigos de Marruecos me hacen saber que también les molestan a ellos con su política que no alcanza los niveles cualitativos del resto de países.

Pero ésta es una forma de mejorar, porque si algo está prohibido en los círculos citrícolas es echarse atrás y no hacer frente a la situación. En igual actitud de lucha están las fábricas de zumo que finalizan su trabajo al tiempo que la campaña de exportación en fresco. Así, dichas compañías han llegado a facturar 650 millones de euros en el pasado año, al colocar una gran cantidad de zumos y néctares, correspondiendo a la puesta en el mercado de 1.100 millones de litros, ello bajo la firma de Asozumos, ya que el consumo en España alcanza los 23 litros de zumos y néctares per cápita.

Y cuando citamos la expresión cítricos nos referimos a la totalidad de ellos, es decir, naranjas, mandarinas/clementinas, satsuma, limones y pomelos, todos son una misma familia.