Quiero empezar este artículo trasladando a todos los que formamos la familia del Hércules mi total apoyo y respaldo a nuestro club en unos momentos en los que todo se mezcla y se confunde. Cuando el pasado 20 de junio iniciamos unas fiestas de Hogueras más especiales que nunca, gracias al retorno del Hércules a la 1ª División, ninguno de los miles de alicantinos que nos acercamos a Luceros esperábamos tener un verano con tantos sobresaltos y preocupaciones en torno a este club de nuestra ciudad. La ilusión por los fichajes, por estrenar las obras de remodelación del estadio, las fechas del Madrid o del Barça, ha dejado paso a las escuchas y supuesta compra de partidos. Lo cierto es que somos muchos los que estamos dispuestos a defender con todas nuestras fuerzas la inocencia del Hércules como institución y su derecho a jugar en Primera, allí donde podamos, ya que confiamos en el esfuerzo de unos jugadores, un club y una afición que se ha ganado su plaza en el terreno de juego y no mediante ninguna trampa, atajo o chanchullo, que poco tiene que ver con el deporte y lo que éste representa.

Lo que está claro es que a ninguno de los que defendemos la honorabilidad de la institución herculana se nos pasa por la cabeza saltarnos la acción de la justicia. No puedo decir lo mismo de la alcaldesa de Alicante porque cuando la escucho hablar de conspiraciones, persecuciones políticas, mientras acusa a policías, fiscales, al abogado del Estado o al propio secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky (sólo le ha faltado la federación que es quien tendrá que resolver este asunto), como inductores de un ataque al Hércules y a la ciudad de Alicante, uno se pregunta algunas cosas: ¿A Sonia Castedo le parece bien que se pague a un deportista profesional por dejarse perder? ¿Es eso lo que queremos inculcarle a los chavales de la cantera? ¿Qué le parecería si el año que viene compraran a un jugador del Hércules por dejarse perder un partido y nuestro equipo descendiera a Segunda por ello? Los que amamos el deporte y hemos sido capaces de sufrir en los campos de 2ª B junto al club, cuando Castedo no tenía tiempo para venir al campo y no era tan herculana como dice ser ahora, no queremos que nadie ni nada manche el nombre de este club histórico ni de nuestra ciudad. Por eso cuando escuchamos a ciertas personas hablar con tanta alegría de estas cosas, uno empieza a pensar que en lugar de defender al club, sólo se piensa en los amigos o en el jefe de turno pase lo que pase.

Si la investigación en curso demuestra que alguna persona ha utilizado las siglas del club y el nombre de Alicante para hacer trampas, buscar atajos y manchar la historia del Hércules, será éste quien tenga que responder ante la justicia, el club y la ciudad. Todos, y digo bien todos, queremos que el Hércules siga en Primera, pero no seré yo el que defienda a un tramposo si lo hubiera, o el que pida que se pase de largo ante los graves hechos de los que estamos hablando. Si un dirigente, o un jugador han pasado por encima del esfuerzo de los jugadores y de la afición herculana, no se merecen nuestro apoyo y nuestro respaldo, ya que son ellos los que no confiaron en las posibilidades de nuestro equipo. Por eso es importante que todo se investigue y se aclare de forma que todo quede bien claro, que el Hércules es equipo de Primera por méritos propios y que se determine si sobra algún indeseado que no entiende ni el fútbol ni al Hércules. Necesitamos saber si tenemos buenos mimbres para seguir en Primera muchos años o si tenemos un cesto mal hecho y con alguna manzana podrida. Y si se tiene que castigar de por vida a un dirigente o a un jugador por creerse por encima de los demás, que se haga lo antes posible y de esa forma nos permitan ilusionarnos otra vez con los nuevos fichajes, el estadio o en la visita del Madrid y del Barça. ¡Macho Hércules!