La Reina Mora", "La Reina Mora", exclamaba admirado el gentío que se había aproximado hasta la casa del insigne doctor Campello para ver con sus propios ojos la maravillosa escultura que había sido encontrada, por casualidad, en las tierras que el famoso cirujano poseía en las cercanías de la localidad de Elche, en la finca denominada La Alcudia y cuyo descubrimiento había corrido como la pólvora por todos los rincones de la ciudad. El ya famoso busto había sido hallado unas horas antes por un mozalbete, Manuel Campello Esclápez, que se encontraba ayudando a su padre y hermanos en las labores agrícolas en la finca de La Alcudia. Era una calurosa mañana aquel 4 de agosto de 1897. El joven Manuel se dispuso a derribar un ribazo cuando tropezó con una piedra que, al apartar la tierra para sacarla, mostró el rostro de una dama bellísima. El busto se hallaba sobre dos losas de piedra y cubierta de tierra por delante así como perfectamente resguardada por ambos lados por idénticas losas a las que le servían de base, lo que indicaría que el busto fue en su momento escondido a conciencia para que en el momento que se descubriera, éste apareciese tal y como se encontró, es decir, como si los siglos no hubiesen pasado por él.

La sorpresa y conmoción por el descubrimiento fue tal y tanta la gente que pronto se apresuró a ir a verla que ésta hubo de ser dispuesta en el balcón de la casa que el doctor Campello poseía en el centro de Elche. Sólo así pudo ser admirada por la multitud que, atónita, se paraba bajo el balcón para comentar acerca de la soberbia escultura que pronto sería mundialmente conocida.

Por aquellas fechas se encontraba invitado por Pedro Ibarra, archivero municipal de Elche, el investigador francés Pierre Paris para asistir a la representación, unos días más tarde, del famoso Misteri. Paris, enterado del hallazgo, quiso ver el busto y enseguida se dio cuenta de la importancia del descubrimiento por lo que muy diligentemente se propuso hacer una oferta de compra. Comunicó sus intenciones a sus colegas franceses y recibió la siguiente consigna: "Ofrezca de enero a abril" (ofrezca de 1.000 a 4.000 francos), y con esta disposición se presentó ante el doctor Campello, oferta que fue varias veces rechazada hasta que por distintos motivos, largos de contar, el doctor Campello aceptó y la venta fue pactada en 4.000 francos, unos 30 ? de la época. De nada sirvieron los consejos y advertencias de que el busto no debía traspasar nuestras fronteras. Paris había sido muy rápido en realizar la operación y el famoso busto salió de España, perfectamente embalado, el 30 de Agosto de 1897 con destino al Museo del Louvre. No volvería a pisar tierras ilicitanas hasta 1965, donde permaneció catorce días con motivo de la conmemoración del VII Centenario del Misteri d'Elx.

Desde su llegada a tierras francesas este busto sería ya conocido como "La Dama de Elche". La más excelente muestra de escultura ibérica de todos los tiempos se encontraba fuera de nuestras fronteras y no volvería a España hasta que en 1941, gracias a la intervención de Franco y de Pétain, pudo ser realizado un intercambio de obras de arte entre ambos países y la Dama regresó siendo instalada primero en el Museo del Prado y posteriormente, en 1972, trasladada al Museo Arqueológico Nacional de Madrid donde aún permanece. Pero, ¿cuál es el enigma que se esconde tras este famoso busto? Muchos han sido los estudiosos que han establecido sus propias teorías sobre a quién representa la escultura, sobre su cronología, su finalidad e incluso sobre su procedencia. La Dama de Elche, ¿hombre o mujer? ¿Diosa o sacerdotisa?

La Dama de Elche es un busto labrado en piedra caliza, procedente de una cantera local cercana al lugar del hallazgo, y en el momento de su descubrimiento todavía conservaba restos de policromía roja, azul y blanca. Su rostro presenta una ligera asimetría lo que demostraría que el escultor, perfecto conocedor de la técnica del retrato, dio a aquella cara, humana, los rasgos de un modelo vivo por lo que se ha llegado a la conclusión de que la Dama no representaría a una diosa sino a una sacerdotisa (representación mortal de la divinidad): si hubiese querido representar a una diosa habría labrado un rostro perfecto ya que por la datación cronológica del busto debió ser realizado entre finales del V antes de Cristo o principios del IV, época en la que ya se conocían perfectamente las proporciones escultóricas.

También se ha especulado sobre la posibilidad de que el busto fuese una urna funeraria debido al hueco que presenta la escultura en su parte trasera o que este hueco fuese para colocar ofrendas o talismanes o que el hueco obedeciera a la finalidad de que el sacerdote hablase a través de él y que sonase la voz como proveniente del Más Allá o que fuese para poder ser enganchado a un muro... La cuestión es que La Dama de Elche sigue siendo objeto de estudios y de discusiones y, ahora que celebramos el 113 aniversario de su hallazgo en nuestra tierra, de que el museo de La Alcudia es y va a ser un referente a nivel mundial para todo aquel que quiera conocer nuestro pasado íbero, nuestra cultura, nuestra historia que ha definido el carácter abierto y cosmopolita de nuestras gentes, de que la ciudad ha puesto a disposición de ese legado histórico un museo, el MAHE, donde cada ilicitano y todo aquel que lo visita se sumerge en esa nuestra memoria históricaÉ Ahora, es el momento de "invitar" a nuestra Reina Mora a que vuelva a casa y se quede, para siempre.

Y si esto no se consigue, lo verdaderamente importante es que nuestra Dama es ibérica y española, y a España volvió. Un orgullo para todos los ilicitanos, para todos los españoles ya que la Dama... "nació en Iberia y para Iberia fue destinada...".