Arrancó el Campeonato de Europa y la pista comienza a devolvernos a la realidad. Habrá que asumir que nuestra selección arroja más sombras que luces, aunque los estamentos directivos ya se preocuparán de hacer brillar las pocas estrellas que tengamos con la mayor de las luminosidades. De los 88 participantes no más de 10 ó 15 podrán optar a medallas y otro tanto, más o menos, a puestos de finalista. Nada más comenzar han llegado las primeras decepciones: Final de los 10.000 metros: sin medallas; 20 km. marcha: sin finalistasÉ Solo tres de los atletas que participaban en pruebas de calificación han logrado pasar de ronda: la incombustible Maite Martínez, Mercedes Chilla y el joven velocista Marc Orozco en los 400 metros. Creo que, desgraciadamente, esa va a seguir siendo la tónica en los próximos días. Mas sombras que luces. Como casi siempre, pecamos de triunfalismos previos y acabamos con duras críticas finales. Quizás deberíamos ser todos algo más realistas y comedidos, empezando por el presidente de la Federación, José María Odriozola. La primera crítica no debe ir al tartán sino a las gradas, con tanto cemento a la vista es muy complicado que España deje la imagen que necesita para acceder a mayores iniciativas.