Ahora se entiende por qué, en la cima de su carrera, el pulpo no vino a España. Los responsables del acuario alemán seguro que pensaron: ¿y, si yendo para allá, se lo pide Alicante donde todo es una duda por resolver? Las fechas coinciden. A mediados de julio, la Cam y Cajastur se devolvían los penúltimos borradores de contrato para ver qué hacían con su vida. Imagínense que, en vista de cómo iban los acontecimientos, alguien plantea recurrir al pulpo para que pronostique si se hace o no se hace el sip. Animalito... Se ha cuasi aprobado -falta la asamblea- y todavía cuesta alinear las reacciones. Hay quienes parecen estar satisfechos; hay quienes no está claro lo satisfechos o lo insatisfechos que están y hay quienes han logrado estar insatisfechos y satisfechos al mismo tiempo prácticamente. Con estos dirigentes aficionados o con estos aficionados dirigiendo el cotarro, el campo de acción de un cefalópodo avistado como Paul se invierte y hasta la sociedad protectora de animales habría tenido que intervenir para preguntar dónde iba. Porque si sólo fuera lo de la Cam... A la calentura mental añadámosle que, una vez por aquí, se lo cogen por banda nuestras ejecutivas favoritas para que les desvele lo que ellas son incapaces de concretar. La retahíla, como intuyen, no tiene fin: ¿Será o no será Camps? Alarte, ¿tiene o es que no tiene arte? El alcalde de Benidorm, ¿es o no es socialista? Pérez Fenoll, ¿lo que necesita es amor o ni una gema? El pepé, ¿está unido en la Comunidad o, en la Comunidad que está unido, es en aquella de Álex de la Iglesia en la que al final no quedaba uno vivo? Y, claro, ya cuando lo que se trata es de apostar por quién de la oposición va a ser, por fin, elegido para dar la réplica a Castedo, entonces el pulpo hubiera dicho que hasta ahí podíamos llegar. Y, antes de meterse en esa vaina, preferiría confesarlo todo. Que no sabe de qué Paul están hablando y que él es un calamar.