En el mes de abril se inauguraba en nuestro municipio la exposición "Historia y leyenda en el origen de la Orihuela foral". En ella se ha exhibido el conocido Llibre dels Repartiments, que ha vuelto temporalmente a Orihuela, después de su robo a primeros de este siglo. Como los lectores sabrán, años después de desaparecer de la ciudad el Llibre fue comprado a un librero de viejo y, desde entonces, permanece en la Biblioteca de Catalunya.

En los días en que se presentó la exposición, la vuelta de este elemento básico para conocer la historia medieval de la comarca y del Reino de Valencia fue motivo de una comparecencia teatral, una más, Mónica Lorente y la concejala de Cultura, señora Ferrando. Ambas, como es habitual en ellas, no dijeron a la llegada del Llibre la verdad sobre su situación. Ante estos hechos, y cuando la exposición cierra sus puertas, creo necesario aclarar públicamente algunos puntos que estas señoras han obviado en la información que transmitieron a los medios de comunicación y a los oriolanos.

En el año 2005, y gracias al interés de Jesús Millán, oriolano profesor de Historia en la Universidad de Valencia, conocí la posibilidad de tantear las posibilidades de negociación para la vuelta del Llibre a Orihuela con la Generalitat de Cataluña por mediación del profesor de la UAB, Lluis Ferrán Toledano quien, durante más de dos años, colaboró con nosotros de forma absolutamente altruista y con una dedicación e interés dignos de alabar. Las primeras conversaciones del señor Toledano tuvieron como respuesta de la Generalitat la posibilidad de préstamo del Llibre dels Repartiments para una exposición temporal y su digitalización para el Ayuntamiento, única opción que dejaba la Biblioteca de Cataluña, cuya directora era el principal obstáculo para la vuelta del Llibre. Concluimos así que, lo que nos han vendido estos meses las señoras Lorente y Ferrando no es más que una opción que, desde los primeros contactos nos ofrecía la Generalitat sin necesidad de negociación alguna.

Toda vez que nuestro interés era, no un mero préstamo, sino la posibilidad de su permanencia en Orihuela por tiempo ilimitado, mi compañero de Los Verdes, Monserrate Guillén, y yo solicitamos una entrevista al conseller de Cultura de la Generalitat. Unas semanas después se nos proponía una fecha para un encuentro con el director general de Patrimonio, J.M. Carreté y el subdirector de Archivos, Ramón Alberch. Conocida la propuesta, expusimos nuestra intención al anterior alcalde, José Manuel Medina, y al concejal de Cultura, Manuel Hernández, acordando que a la reunión en Barcelona acudiríamos en calidad de comisionados del Ayuntamiento quien suscribe, Monserrate Guillén, el arqueólogo municipal Emilio Diz, y Lluis Ferrán Toledano. La reunión se celebró en octubre de 2006 y tras ella los representantes oriolanos suscribimos un informe que depositamos en la Alcaldía. Unos meses más tarde, y en una carta cuya copia entregué a la Concejalía de Cultura, el señor Carreté argumentaba que estaban abiertos a estudiar una solución satisfactoria para todos en esta cuestión. Al poco, desde este Ayuntamiento se enviaba un borrador de Convenio a la Generalitat de Cataluña en el que se solicitaba el depósito permanente en la ciudad de Orihuela del Llibre dels Repartiments. Como vemos, se abrió entonces una vía de negociación que, ciertamente, no ha recibido respuesta desde Cataluña pero que tampoco, salvo acontecimientos que quien firma desconozca, se ha cerrado.

Vistos sus planteamientos y afirmaciones públicas al respecto en estos últimos meses y las medias verdades (cuando no mentiras y errores históricos), las señoras Ferrando y Lorente tendrán que explicar si sus actuaciones han ido encaminadas, vistas las posibilidades que ofrecía la carta antes mencionada, a transmitir a los ciudadanos que la única posibilidad de que tengamos el histórico libro, donde se anotan los repartos de tierras y los pobladores que vienen a Orihuela en la conquista cristiana, pasa por préstamos temporales como éstos; o si simplemente ellas han tratado de utilizar el Llibre como una mera propaganda de sus personas. En definitiva, habrán de decir claramente si renuncian a que esta seña de identidad oriolana permanezca entre nosotros de forma indefinida, aunque siga perteneciendo a la Biblioteca de Catalunya. Si es así, lamentablemente, no habrán estado, como gestoras, a la altura que Orihuela merece.

Finalizo esta aclaración con un apunte: quien firma este artículo informó a los pocos días de tomar posesión como concejal en el Ayuntamiento de Orihuela, a la señora Lorente del punto en que se encontraban las negociaciones referentes al Llibre, en una conversación mantenida en el lugar donde entonces estaba ubicado el despacho del grupo municipal de Los Verdes; posteriormente, y en el momento en que ha habido algún movimiento, o simplemente algún medio de comunicación me ha preguntado por este proceso, lo he comunicado a la señora Ferrando con el fin de transmitir una información de tipo institucional a los ciudadanos. No es necesario decir que, de la vuelta temporal del Llibre en la exposición que ahora se cierra, nadie dio cuenta a este Concejal en ningún momento. Éste es el concepto de lo institucional que tienen la señora Lorente y la señora Ferrando. Ésta es su catadura moral y así utilizan el nombre y los símbolos de Orihuela en beneficio propio.