Cientos de chinos invaden nuestras calles y playas ofreciendo un masaje terapéutico. Masajes relajantes que te harán cambiar. Se aproximan con una fotocopia plastificada que parecen las instrucciones de un juego de piezas. Líneas y palabras chinas sobrepuestas en vagas instrucciones en español. Me gustaría ver lo que dice ese papel milagroso. No creo que nadie que ha utilizado ese servicio se haya parado a leer los comentarios "médicos" de semejante papelorio. Manos inexpertas que te soban y te "curan". Barato, pero caro. Porque unas manos iletradas sobre un cuerpo maltratado sólo pueden traer ruina corporal. Hongos, también.

ZP es un poco como estos chinos terapeutas. Te enseña un papel, lo quita rápido para que no lo veas y, como es incapaz de solucionar el problema, te da un masaje terapéutico que no vale "pa ná". Puede incluso producir otros dolores. Diez años lleva en el PSOE dando masajes a los socialistas y a los que no le hemos votado. Pero la gente sigue acercándose a su verborrea fácil y a sus manos milagrosas. Porque, que a nadie se lo olvide, a este que hoy cumple diez años al frente del partido, también lo votaron más españoles para ser el masajista del Reino.

Lleva menos tiempo al frente del Gobierno, pero son ya seis años. La gente puede pensar que se le acaba ya. Incluso puede pensar que no va a conseguir los apoyos parlamentarios para aprobar esta ley o aquel presupuesto. Y como buen curandero de pueblo, siempre tiene gente que le va a la consulta. Siempre saca su papelito con las instrucciones de uso y montaje y te da un masaje que convence a este nacionalista o aquel independentista. Algo tendrá entre sus manos cuando tanto le apoyan. Seguramente los nacionalistas prefieren que siga una temporadita más. Porque unas elecciones ahora podrían aupar al PP con mayoría absoluta. Y es mejor esperar dos años a que se recupere un poco el PSOE para que nadie pueda gobernar en mayoría. Entonces el masaje te lo dan los nacionalistas, que también se han hecho especialistas en joder músculos sanos.

Pero bueno, aquí cada uno lee la realidad como le interesa. Porque si con la que está cayendo en la sociedad, la oposición no parece auparse ni en ilusión ni en votos, nos tenemos que plantear muchas cosas. Yo no voy a votar a Rajoy. Yo voy a votar al PP. Ahora algún enemigo mío le dirá a mis jefes: "Ves, este no es de los nuestros". ¿Qué es eso de ser de los nuestros? ¿Estar callado ante tanta falta de estrategia política? ¿Dejar que el ZP celebre otros diez años al frente de un partido que mal gobierna España? ¿Esperar a que esto se hunda más para que entren los nuestros? Los nuestros, si es que hay nuestros, ya deberían estar en la batalla por currarse más la calle y no esperar a que el fruto maduro se caiga. La calle se gana si eres capaz de articular un discurso coherente y creíble que haga del masajista ZP un pobre hombre de playa, con su aceite y su gorrilla.

Desde que cumplí los dieciocho años sólo he visto dos gobiernos de derechas. Los demás han sido socialistas. Y la verdad, me cansa tener que perder elección tras elección por falta de liderazgo o de mensaje creíble. Y esta es la gran lección para la sociedad. No se trata de jugar con el mismo esquema de masajito barato. Se trata de utilizar a los fisioterapeutas de verdad para curar un cuerpo maltrecho, pero que vota PSOE porque el que representa un bando le merece más confianza, o tiene más simpatía, que el otro. ZP no está muerto políticamente. Está ganando tiempo para volver a querer capitanear los masajes callejeros. Si alguien cree que este no llega al 2012, es que no conoce el poder chino de la perseverancia. Pactará con quien sea necesario porque los apoyos se consiguen dando un poco de aceite y cariño.

ZP ha sido un masajista callejero y bastante malillo, pero lo ha votado la gente dos veces, y lo pueden volver a votar. Yo no lo voy a votar porque no me creo lo del milagro de sus manos, porque el problema lo tiene en la cabeza. Pero yo sólo tengo un voto, y los masajistas callejeros tienen más trabajo del que parece. Masajes todo a cien puede volver a ganar.