Un exquisito comienzo con la sensualidad del paisaje sonoro de la música brasileña. Las influencias musicales de esta gran mujer, nacida en 1948, enriquecen esa magia con su variedad estilística. Canta, toca el piano, compone y reinventa temas muy conocidos con los caracteres del jazz. Quién no conoce el famoso bolero mexicano Bésame mucho o la popular Mais que nada. ¿Recuerdan ustedes aquello de oba oba oba? Naturalmente, el numeroso público ejerce de coro al igual que con la samba Aquarela do Brasil. Ni faltan palmoteos como cuando surgen las improvisaciones vocales de Tania Maria en la bella canción italiana L'appuntamento, que difundió Ornella Vanoni a principios de los años 70. Sentado à beira do caminho en la voz de la dama que abrió el miércoles el Festival Internacional de Jazz de Alicante en Lucentum. Una magistral interpretación que puede estirar cuanto quiere gracias a que el jazz estimula la libre recreación de cualquier tema sobre una estructura armónica y rítmica dada. Ella le saca todo el juego posible al piano de cola y al electrónico con el riguroso sostén de la percusión de Mestre Carneiro, de la batería de Ciao Mamberti y del bajista Marc Bertaux. Todos tienen la oportunidad de relucir no sólo en conjunto sino individualmente. Así que el arte y la técnica se funden bajo el influjo de las sonoridades latinas y africanas. En las maletas de Tania Maria Brazilian Band viajan el ritmo de la bossa nova, el funky, el mambo, el soul, el blues o el pop en perfecta fusión. Agua de beber es otra de las canciones del concierto ofrecido con el talento y la entrega a fondo de Tania Maria y sus tres músicos. Los timbales y las congas de Mestre Carneiro contribuyen notablemente a poner chispas que los demás alimentan con su aportación. Esta embajadora musical es uno de los más destacados exponentes del latin jazz en su rama brasileña. Brasil suena a música y ésta corre por su sangre. Tania Maria confecciona malabarismos con el teclado y piruetas orales con la fuerza y la seducción de una voz que canta y parlotea con la tensión musical jazzística. Los muchos aplausos durante las veladas y al concluir siempre empujan a las estrellas a nuevas interpretaciones en burbujeantes fines de fiesta con guindas de oro.