Desde hace algunos años Alicante (y yo diría que toda su provincia) queda huérfana de representaciones teatrales durante tres o cuatro meses; atrás quedaron los festivales que se celebraban en el Castillo de Santa Bárbara, en las plazas de los barrios e incluso en el Paseo del Puerto. Prolifera, eso sí, la música más o menos popular; pero de teatro, nada de nada si exceptuamos la tímida (por lo corta) muestra de teatro clásico que, gracias a la Diputación y la CAM, se viene celebrando cada año en el Tossal de Manises, más conocido como recinto arqueológico de Lucentum. Pues para muestra un botón, y la semana próxima se oirán las voces de los clásicos, los que perduran por los siglos, a través de las gargantas de actores y actrices muy experimentados. Shakespeare, el gigante inglés, pondrá en solfa nuevamente las debilidades (y las grandezas) humanas con El Mercader de Venecia. Y será Fernando Conde, más conocido por ser miembro fundador del grupo Martes y Trece, empeñado desde siempre en desarrollar su carrera por el difícil camino del verso, quien dará vida al judío Shylock, uno de los personajes más emblemáticos del genio y que el actor hace creíble a través de su atronadora voz y una perfecta dicción que ayudan a una más fácil comprensión del personaje y de la historia que se narra. Blanca Portillo y José Coronado, junto a otros dos actores menos conocidos pero de una grandísima entidad (Israel Elejalde y Marcial Álvarez) se adentrarán por el camino del romanticismo español en un espectáculo a caballo entre el teatro, la poesía y la crítica social en una España sacudida por importantes acontecimientos a finales del Siglo XVIII y mediados del XIX. Coronado será, ante todo, Mariano José de Larra. Y Blanca Portillo se cubrirá con el vestido rojo sangre que lució el pasado año en Mérida en la escena del asesinato de sus hijos por la implacable Medea, y será -entre otros personajes femeninos- la indomable reina Isabel II. La actriz, con una carrera inteligentísima, es ya imprescindible en proyectos interesantes tanto en teatro como en cine o televisión. Lejanos los tiempos de la niña que veraneaba en nuestra costa y que, por sus habilidades artísticas infantiles, su abuela definió como "La Vedette de Torrevieja". Y llegará el final de la muestra con un inusual Calderón de la Barca, en una de sus pocas incursiones en la comedia de enredo, género dominado casi en exclusiva por Lope de Vega en el rico Siglo de Oro español. El Galán Fantasma llega con una compañía de jóvenes y expertos actores , el castellonense Guillermo Montesinos, y el debú en estas lides de Carmen Morales. Esto es lo que veremos, ni más ni tampoco menos. ¿Lo deseable? El incremento en años venideros del número de representaciones y de compañías, y el mantenimiento de la política de precios que se lleva a cabo en la actualidad, para que el recinto de Lucentum deje de ser isla para convertise en continente.

La Perla. "No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira; podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía". ( Gustavo Adolfo Becquer).