Fondo y forma están siempre anudados, aunque la visión vulgar tienda a quedarse con uno u otra. Las leyes, y su aplicación, participan de la misma naturaleza. Una persecución de los delitos sin guardar las formas es un linchamiento. Pero, a la vez, un abuso de las formas, más allá de su función, olvidando el hecho delictivo, es un modo sutil de encubrirlo. De la información publicada, da la impresión de que en el caso de las detenciones de Alicante pueden haberse guardado las formas procesales, pero se ha bordeado el precipicio. ¿Hacía falta esto?, ¿no se habría llegado al mismo resultado siendo más cauto con las formas? Aunque el PP se esté pasando claramente con su tabarra de la conspiración, echando basura sobre la policía y la Fiscalía con tal de que le llegue al Gobierno, la manía de interpretar las garantías siempre por el lado más delgado se lo está poniendo a huevo.