Como toda exposición, Alicante Moderno, 1900-1960 se basa en la documentación obtenida en el trabajo previo de investigación. J. M. Bonet en su colaboración con el MUBAG nos introduce con la imagen fotográfica de nuestros personajes y paisajes, sus textos literarios y cartas íntimas, partituras, dibujos, en la vivencia cultural de esta época, para luego pasar a contar los hechos artísticos: pintura, fotografía, cartelismo, diseño y arquitectura. Con la ausencia de la escultura, como ya he destacado en otra ocasión, sorprendentemente no aparece en ningún momento la referencia a Vicente y Daniel Bañuls, Adrián Carrillo, cuyas obras definen el paisaje urbano y artístico de Alicante. Pero en cuanto a la pintura se evidencia una falta de coordinación, tanto en la revisión de las obras de los autores plásticos como en su ubicación en el montaje de la exposición, que también es bastante sorprendente. Así como se valora positivamente la fotografía, sin embargo la relación de la pintura es confusa. Las obras seleccionadas de Varela lo sitúan perfectamente en su contexto, mostrando diferentes facetas, dando idea de su grandeza con pocas pero muy valiosas piezas. Pero en la sucesión que vincula los diferentes momentos en esta visión de la pintura en Alicante, autores como Abad Miró o Pérez Pizarro están representados con una sola obra, lo que apenas da idea de los planteamientos plásticos que se desarrollaron. Relegados a lugares de menor importancia, frente a una mayor información de autores valencianos y murcianos de la época que visitaron la provincia. Sin embargo, Pérez Gil ocupa con tres obras de gran tamaño un lugar destacado, incluso con la repetición de un mismo motivo pictórico, anulando la visión de las obras de Manolo Baeza o Xavier Soler, que comparten la pared enfrentada, autores más complejos pero cuyas propuestas se apelotonan en un mínimo espacio, sin posibilidad de una mirada individualizada. El orden en que están dispuestas las obras y su dimensión sitúan a Pérez Gil casi como si fuera el autor clave de la exposición, lo que no tiene ninguna justificación. En la actualidad, el único estudio que ha realizado el MUBAG sobre los autores de esta época, ha sido el de Pérez Gil, gracias a la vocación de su hija que trabaja en el museo. Pero si ha habido una preocupación por conseguir obras de Bonafé, Lozano o de Benjamín Palencia, Ramón Gaya,É, recurriendo a otros museos, por que no se han preocupado por conseguir obra de estos pintores alicantinos, cuya mayoría se encuentran en la ciudad, autores que marcaron las pautas de modernidad en nuestra pintura. Una vez más nos enfrentamos al vacío en las funciones de este museo, que no realiza una verdadera labor de estudio e investigación, ni un mínimo seguimiento de las obras y los autores que posee. Sin una información básica, sin la valoración de nuestros autores con monografías contrastadas que los sitúen en su verdadera dimensión, seguimos sin conocer las pautas de nuestra historia.