Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de TV, está ilusionado con su proyecto estrella, ese denominado Tesoros vivos. Por si alguien no lo sabe aún, se trata de rescatar mediante 400 entrevistas los testimonios de todos aquellos profesionales que han sido alguien relevante en la historia de la televisión, desde los tiempos del Paseo de la Habana.

Como en tantas ocasiones, la noticia no estriba en que la Academia, por fin, hace pocos meses, anunciase este proyecto. El verdadero titular era el contrario: los históricos de la televisión en España no han dejado hasta la fecha su legado en forma de entrevista en profundidad.

Muchos fallecieron sin tiempo para contarlo. Cuántas anécdotas se llevaría por delante Daniel Vindel de sus cinco años al frente de Cesta y puntos. Cuánta sabiduría televisiva se fue con José Antonio Plaza, fundador de 625 líneas. Por suerte, otros todavía están. Nombres como el de Carlos Gortari, director del segundo canal durante tantos años, merecerían varios libros para glosar todos los productos culturales que generaron. No deja de ser paradójico que en el mundo del cine se realicen publicaciones monográficas a nombres insospechados (acaba de caer en mis manos un libro editado en Mula sobre la trayectoria de la actriz María Luisa San José) mientras en el mundo relacionado con la investigación de la memoria televisiva continúan existiendo lagunas inexplicables.

En el marco de los Cursos de Verano de la Complutense, a Manuel Campo Vidal se le llenó la boca al comentar su proyecto Tesoros vivos. Citó a la Universidad Europea de Madrid como implicada en esta ardua tarea. Quienes creemos y militamos en la universidad pública no entendemos un proyecto de estas características fuera de su ámbito. Pero ahí está. Y alguien lo tenía que hacer.