F inaliza la feria sanjuanera 2010 y los diversos jurados se apresuran a dictar "sentencias" sobre los variados detalles de lo acontecido en el ruedo. Algunos de tales juicios se basan en aspectos, simples detalles a veces, de lo más peregrino. Un respeto a lo determinado y acordado, faltaría más. Entre los posibles premios y honores, el del toro de la feria. La individualización de la bravura. Sí lo otorgó la Peña Pacorro al mejor encierro, Jandilla. Un galardón, el del toro, que desde hace la friolera de cuarenta y cuatro años, corre a cargo de la tertulia Tauro Club. Este año, tras varias ferias sin trofeo, tampoco se ha premiado toro alguno. Por algo será, por algo...

A la vista de los datos que la historia, esa serena maestra de la vida, aporta con su generosa información, se llega a la conclusión de que quizás cualquier toro del pasado fue mejor que los del presente. Del toro actual al de ese pasado hay notables diferencias. Ante todo por la capacidad de soportar el castigo en varas. Un pasado, atención, que no hace tanto tiempo contó con la presencia de Cuadri, Cebada Gago, Palha y unas gotas de Miura. Con cierta abundancia de toros, si no para lograr ser premiados, sí para ser motivos de discusión y reflexión, un convincente quehacer de buenos aficionados. Tauro Club pone tan sentido acento. Cosas de su veterana independencia, inaccesible a componenda alguna, fruto del sincero contraste de pareceres.

Fue " Jacaroso", del Marqués de Domecq, el toro que inició la historia de los toros galardonados por la veterana tertulia. Lidiado por Miguel Báez "Litri" el 26 de junio de 1966. En cartel, Antonio Ordóñez y Gregorio Tébar "El Inclusero". Tres varas en regla, empujando con clara codicia y manteniendo su bravo impulso en el último tercio. Tres varas, sí, era condición imprescindible, para optar a ser considerado el toro de la feria. El reglamento vigente por entonces, originario de 1962, exigía los tres puyazos en el primer tercio. Salvo casos excepcionales en que, ante debilidad manifiesta del toro, se podría reducir el castigo. Por ahí, por la excepcionalidad, se coló la nefasta "malasuerte" de varas actual. Pocos años después, a la vista de esa excepcionalidades, Tauro Club hubo de rebajar la triple exigencia en varas por un mínimo de dos entradas en regla, por derecho.

Antes de la progresiva decadencia del encastado poder, hubo otros toros, de Miura y Juan Pedro Domecq, que sí tomaron tres varas. De toro a toro. Tauro Club. Cuarenta y cuatro años de historia. Alicante. Julio.