Los individuos andan jodidos, pero aún hay quienes lo tienen peor: las fuentes de Alicante. Ser imagen escultórica portadora de chorrito o un simple caño se ha convertido en una actividad de riesgo. Por eso no es de extrañar que el Ayuntamiento se haya puesto a prever el dispositivo de protección de la creación de Bañuls en Luceros de cara a la marimorena que se puede formar el sábado. Lo fetén sería que no hicieran falta vallas ni policías para evitar que l0s monumentos sufran. Que los seguidores quisieran tanto al equipo como a la cuna que los vio nacer. Pero tampoco nos engañemos. No es necesaria una celebración multitudinaria para que el mobiliario urbano de todo tipo y condición vea estampada sobre él la huella incívica de turno. Hace nada fue "El niño flautista", perteneciente al XVIII, como antes lo habían sido el doctor Rico y el Panteón de Quijano, reinaugurado el día 11 después de que varias de sus figuras hubiesen sido decapitadas. Con idea de conmemorar su más de un siglo de implantación, Aguas de Alicante puso treinta mil euros para restaurar "El niño flautista". Es de suponer que a los patrocinadores no les haría gracia alguna que se señalara falta de "ángel" en la restauración. Pero después del destrozo propinado por los vándalos, habrán entendido mejor que detrás de toda crítica reside la preocupación por el valor de la obra. Igual que el interés que una asociación como "Alicante vivo" está demostrando por las señas de identidad que se han de preservar. No sólo vamos a fijarnos en los calamitosos que nos rodean. Hablando de ellos, hay que decirles que Aguas de Alicante ha publicado un libro en el que se hace un recorrido por las fuentes públicas de la ciudad y que, para más inri, una parte de la venta va destinada a la rehabilitación de los destrozos registrados en Chile por el seísmo. Sugiero que si los autores del vandalismo son localizados no les quede otra que empaparse el libro. Y, como tarea extra, que carezcan de tregua hasta que vendan la edición completa. Así verán lo que cuesta apostar por la cultura.