La Asociación de Ayuda al Sahara ha tenido la gentileza de hacer público el reconocimiento por la labor que he realizado en favor del pueblo saharaui, una distinción que comparto con el alcalde de Elche, como representante del Ayuntamiento que a lo largo del tiempo ha sabido mantener la solidaridad para con el pueblo saharaui y con Óscar Morales, el primer concejal de Cooperación, tan entregado a la causa y a tantas causas justas y con la empresa de juguetes Toys'R us, proporcionadora de tantas alegrías a los niños saharauis. Por mi parte quiero brindar este reconocimiento a tantas personas que cada año acogen en sus hogares a niñas y niños saharauis y para quienes la única recompensa es la alegría de tenerlos en casa.

Significación especial. Debo confesar que este reconocimiento tiene para mí una significación muy especial, pues de alguna manera significa compartir la ciudadanía con un pueblo que desposeído de su tierra, de sus recursos, tienen por todo patrimonio el valor, la dignidad de las personas. De alguna manera veo reflejado en el pueblo saharaui lo que tantas veces he dicho de la ciudad, siguiendo el pensamiento clásico, que ésta existe en los ciudadanos. La ciudadanía del Sahara se halla en los saharauis, un pueblo al que se expulsa de su tierra, pero que ésta existe en sus corazones y en sus mentes, en sus tradiciones, en sus sueños, en el empeño por conseguirla. Recuerdo una anécdota del entonces ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez, cuando me comentó que entre los muchos dirigentes políticos que había conocido, quién más le había impresionado era Yasser Arafat, un líder de un pueblo sin tierra.

Punto de encuentro.La relación entre las comunidades saharauis y españolas son una permanente lección de actuación política. La implicación de tantos españoles en la problemática del pueblo saharaui, indica hasta qué punto la política exterior es política interior, si es que al hablar del pueblo saharaui se le puede considerar en la dimensión exterior. En todo caso al pueblo ésta le interesa, y tiene el derecho de controlar la acción exterior del Estado. A veces pensamos que la política, y sobre todo las relaciones exteriores es cosa de cuatro entendidos; el modo en que la población se comporta ante este tema, es un buen ejemplo a imitar por muchos dirigentes políticos. La política se ejerce en la concreción, tales como el acogimiento de los niños, la ayuda humanitaria necesaria, la ayuda a la educaciónÉ No se trata de renunciar a los grandes ideales, en este caso, la solución definitiva al problema saharaui; se trata de mantener la esperanza llevando a cabo lo posible cada día. La solidaridad de tantas personas de España con los saharauis es un ejemplo para el mundo. Es necesario que de ello saquemos conclusiones que nos lleven a la actuación política. Esta manifestación tan especial de solidaridad recuerdo que me la comentaba emocionado, José Ramos Orta, premio Nobel de la Paz y hoy presidente de la República de Timor.

La problemática del pueblo saharaui es hoy un punto de encuentro entre gentes de diversas ideologías políticas en España; el hecho de que en el acto celebrado en Elche estuviesen los representantes políticos de todos los partidos es prueba de ello. Como también se han convertido en un puente entre los pueblos hispanos de África, de América, de Europa, una comunión de intereses, de ideales, expresado en la ciudadanía de la lengua. Como también puede ser, aunque a primera vista parezca lo contario, un motivo de potenciar la relación con Marruecos.

Hoy día que tanto se habla de alianza de civilizaciones tenemos un ejemplo de ello en la relación de familias saharauis y españolas, de cómo es posible no sólo una tolerancia sino una verdadera convivencia entre gentes de diversas religiones, ente la tradición islámica y la cristiana. Que existe un islam abierto, como es abierto el mundo del desierto y donde se dan mejores circunstancias para potenciar el papel de la mujer no solo en la vida familiar, sino también en la vida política.