Elche lleva un mes de junio aupada en la palestra informativa debido a una actualidad marcada por la inauguración de nuevas infraestructuras sanitarias y por el traslado de dependencias administrativas/oficiales. En el primero de los escenarios el vecindario asiste al estreno de un segundo hospital público, de gestión privada, que ha supuesto, por un lado, un revulsivo para la atención sanitaria por lo que supone de descongestión del Hospital General Universitario y, por otro, la adaptación que conlleva la puesta en macha del nuevo recinto sanitario en el que recibirán asistencia miles de ciudadanos. El ajetreo de los traslados se está registrando en la Administración de Justicia, que está desalojando el edificio ubicado en la plaza de los Reyes Católicos e inaugurado al inicio de los años ochenta para instalarse en el flamante inmueble levantado en la denominada Ciudad de la Justicia. Y es ahí donde se están viviendo escenas, momentos y situaciones en las que se percibe o una cierta precipitación en la mudanza o un cierto desacople o dos maneras distintas de ver la realidad. Ocurre que mientras desde la Conselleria de Justicia se califica la operación de "gran éxito", desde el funcionariado, que es desde donde se ven las cosas a pie de obra, se han escuchado estos días voces críticas denunciando que tienen que asumir tareas de limpieza y que "no funcionan ni los teléfonos, ni el fax, ni el aire acondicionado, ni los ascensores". Al catálogo de carencias hay que sumar, según cuentan, un sistema informático sin instalar, mesas insuficientes y un archivo con poco espacio. !Ah!, y persisten las quejas por la falta de productos de limpieza y de papel higiénico en los aseos. ¡Qué cosas!