S iempre que paso por La 1 sobre las 6 de la tarde veo a alguien llorando, suele ser una chica guapa, con el pelo largo. Como se ve que ha de llorar mucho, y no siempre hay tantas razones, a la chica se le secó la fuente y ahora sólo hace el gesto de llorar, el resto, o sea, las lágrimas, las ponen los de atrezzo con chorretones de glicerina. Aún así sigue estando guapa, aunque exagerada, como todo en Bella calamidades. Cuenta la historia de Lola, la bella con mala suerte, interpretada por Danna García, que de pequeñita se queda sin papás, la adopta una tía con mala leche, y acaba, hay que ver, durmiendo entre las tumbas del cementerio. ¿Quién se enamora de ella, a pesar de su estado harapiento, malnutrido, y sucio? Pues claro, el soltero de oro, el galán más deseado. PeroÉ La mala de la historia, Priscila Cardona, se interpondrá. El resto, imagínenselo. Con paciencia.

En España, un torero se enamoró de una cajera. La cajera se preñó, y tuvo a Andreíta, la niña del pollo. Papá y mamá se enfadaron. Se les rompió el amor, aunque creo que aún no había aparecido la malvada de la historia que hoy todo el mundo conoce, y peor, señala. Pero el rumor no cesa, y el torero y María José Campanario, la malvada cañí, no se pueden ni ver, no duermen juntos, es más, hay una choni que asegura que le tiene un piso montado y le paga una pensión de 1.000 euros. El guión no sé si es real, o sólo es real en la ficción de la tele. Pero juego da. Mucho. Aunque no haya bellas como la de La 1. Lo que sí hay, y también mucho, es el factor pesadilla, que seguro viven las patas de ese banco, la ex pareja, el torero, y la nueva-vieja pareja, pero también la audiencia. ¿Vieron, con permiso de La Roja, La pesadilla de Jesulín en Telerrollo? Pues eso.