Al parecer el objetivo de la flotilla era el de llamar la atención sobre la situación del cerco que sufren los palestinos en Gaza, pero la acción del gobierno Netanyahu-Lieberman con su torpeza habitual ha provocado el rechazo de la comunidad internacional y ha despertado la conciencia de los ciudadanos del mundo sobre el sufrimiento de los palestinos. Si esta respuesta, asesinando y maltratando a los cooperantes, forma parte de un plan cuyo objetivo era torpedear el proceso de paz, y la política del presidente Obama en la región del Oriente Medio, esta acción ha surtido un efecto contrario al que el gobierno de Netanyahu-Lieberman pensaban lograr. Ahora se ven cercados por el mundo entero, por lo tanto se van a ver obligados a mantenerse quietos sin seguir creando tensiones.

Ojo, la política de Obama es una combinación entre dos históricos presidentes, Roosevelt, que en el 1933 asumió el poder con una crisis económica gravísima y que pronuncio la famosa frase: "No hay que tener miedo más que del propio miedo", y Eisenhower, el padre de la política de llenar los espacios estratégicos sin dañar a los pueblos, fue él quien obligó a Israel a retirarse del Sinaí en 1956. Para la Administración norteamericana, la región del Oriente Medio es de primer orden vital a todos los niveles, económico, político y militar y no puede ocurrir ningún acontecimiento sin que ellos estén al tanto de ello y por lo tanto no es de extrañar que Turquía hubiera informado a los EE UU de la iniciativa de la flotilla.

No sería extraño pensar esto por tres razones: primero, para facilitar al gobierno de Netanyahu liberarse de la extrema derecha (pero éste con su torpeza no captó el mensaje); segundo, para levantar gradualmente el cerco a Gaza (para que puedan los palestinos retomar las negociaciones de paz) y, tercero, para retomar las negociaciones de paz, alejando de este modo a Hammas de Irán, acercarse a Turquía y englobar a Siria en el proceso de paz. Los contactos diplomáticos y de algunos miembros del congreso norteamericano en las últimas semanas con el líder de Hammas que reside en Damasco confirman y el optimismo del senador norteamericano y mediador del proceso de paz, George Mitchell y su amplia sonrisa podría estar motivado por la sensación de que ahora sí se puede presionar a Netanyahu e incluso puede esperar su cambio ya que en más de una ocasión se le hizo saber a éste que en el Knesset israelí hay una mayoría de diputados que podrían formar un gobierno y comenzar las negociaciones de paz global en la región del Oriente Medio, de hecho, la presidenta del partido Kadima (con 29 diputados frente a los 28 del Likud de Netanyahu) ha comenzado contactos con laboralistas y otras formaciones que pueden ser orientados a formar un nuevo gobierno, desplazando a la extrema derecha del poder.

Muchos analistas y comentaristas políticos han manifestado su desencanto con la política de Obama, pensando que no está llevando a cabo la política que ha prometido en su discurso en El Cairo. Yo pienso que Obama habla menos de lo que hace, y según los hechos, actualmente EE UU es el primer sustento económico y político de la autoridad nacional palestina, tanto en donaciones como en creación de cuadros que formarían parte de las instituciones del futuro Estado palestino.

Debido a la crisis de esta flotilla provocada por la torpeza del gobierno israelí nos encontramos ante una oportunidad única para poner orden en la región del Oriente Medio y, según la información de la prensa tanto del Oriente Medio como de EE UU, la administración Obama no dejará pasar esta oportunidad. Esto no es sólo un deseo sino una realidad y una necesidad para todas las partes, sobre todo para los pueblos palestino e israelí y todos los pueblos de la región del Oriente Medio. Una paz global no sólo cumple los deseos de estos pueblos sino que favorecerá la recuperación económica de muchas partes del mundo, sobre todo Europa y EE UU. Conviene que todos remen en la dirección de una paz justa y global formando un Estado palestino viable.