Esta semana nadie me ha dicho que se haya encontrado a Zaplana por Alicante. Estoy preocupado. Ya sabemos que Camps tiene encima al Supremo y a los fiscales, enfrente a Luna y, aunque hasta ahora haya tenido debajo al "nostre" tesejota, pues eso que es posible que, con todo lo que tiene, lo que más le saque de quicio sean las incursiones del "ex". Y el otro, que lo sabe, se recrea. Sucedió en la romería y al inquilino del Palau no le hizo ni pizca de gracia dado que él estaba para pocas exposiciones. A continuación de Santa Faz apareció en el calendario Alcoy con sus moros y con sus cristianos y por allí que desfiló el mismo que viste y calza. A mediados del mes pasado se rescató el festival de Benidorm. El alcalde organizó un cónclave con la "filà" de antecesores y allí estaba el ínclito validando el liderazgo de Agustinet. Aunque el pesoe lleva tiempo en ello, no se me ocurre un padrino más apropiado. Hubiera sido excesivo negarse. Los abrazos de camaradería por un lado y los gestos de Catalán Chana mirando al suelo para completar la "paraeta" del 91, te reconciliaban con el mundo de las ideas. Son encuentros que plasman trayectorias donde no hace falta decir que Platón está presente porque se masca. Hace un par de semanas, el "telefónico" entró en un local del centro de Alicante que no domina y se encontró con gente que hubiera preferido evitar. Pero ya estaba dentro. Lo esperaba uno de los escasos fieles que aún muerden por él, acompañado de un histórico del pesoe que ya no pesa lo cual no le impide conservar cargo. Dado que no se encontraba en un entorno medioambiental propicio levantó el campo al poco. El tiempo suficiente de impartir alguna que otra consigna -ignoro a cuál de los dos interlocutores- y de seguir agitando el fantasma. A este paso no va a dejar crecer ni a los suyos. Claro que teniendo en cuenta al sucesor que designó en 2002, no se sabe si es preferible que crezcan.