El Festival de Cine de Alicante dedicó la pasada edición al género de terror y, la que se celebra estos días, al de la comedia. Lo del año pasado quizá fuera hiperrealista y, lo de éste, parecería de ciencia-ficción. Parecería digo porque luego la vida te da sorpresas. En la sesión inaugural las ofreció el público, que se supera ante las adversidades. Andaba suelto por el patio de butacas el cachondo de Xavier Deltell ayudando a conducir el acto cuando se acercó a una señora y le preguntó qué cine español le gustaba más. Ni corta ni perezosa, la mujer le contestó que el "cine erótico". El co-presentador se congratuló de la puntería después de la cantidad de bolos que se ha chupado. El futuro del certamen dependerá de lo que éste sea capaz de proponer, pero el apoyo de las administraciones y su contribución al género escogido es patente. Al día siguiente, Zapatero le impuso a la alpinista Edurne Pasaban la Medalla de Oro al Mérito Deportivo autodedicándose la siguiente proclama: "Cuanto más duras son las cosas, más confianza parece nacer en nosotros... Cada paso debe ser estratégico, que no traicione nuestros valores, los que nos hacen ser quienes somos y que los demás confíen en nuestros actos... Lo más fértil de la Historia está en el ejemplo de quienes horadan barreras y transforman las murallas en caminos". Dio pie a que Cospedal completara el guión con tan sólo felicitarlo por haberse dado cuenta de que lo suyo es la montaña pero, de ingenio, la secretaria general tampoco es que ande muy allá. Afortunadamente sus correligionarios en el Ayuntamiento de Alicante lo compensan y acaban de volver a esquivar la rebaja de sueldo. Para buscar excusas les sobra imaginación, siempre superados, eso sí, por el increíble Camps, que ha escogido estas fechas para reunir por primera vez al Consorcio Espacial Valenciano. Más no se puede hacer por el festival.