Porque lo que viene ahora son dos textos que tendrían que ser leídos cuidadosamente, ande o no ande metido en el mundo del desarrollo y la cooperación. Son dos autores muy diferentes entre sí, políticos ambos, y muy separados en el tiempo. Vamos con el primero.

Dice así: "Debemos embarcarnos en un nuevo programa que haga disponibles nuestros avances científicos y nuestro progreso industrial para la mejora y crecimiento de las áreas subdesarrolladas. Más de la mitad de la población del mundo vive en condiciones que se acercan a la miseria. Su alimentación es inadecuada. Son víctimas de la enfermedad. Su vida económica es primitiva y estancada. Su pobreza es un lastre y una amenaza tanto para ellos como para las áreas más prósperas. Por primera vez en la historia, la humanidad tiene los conocimientos y habilidades para aliviar el sufrimiento de esas personas". "Nuestro propósito tendría que ser el de ayudar a los pueblos libres del mundo para que, a través de sus propios esfuerzos, produzcan más alimentos, más vestido, más materiales para sus casas y más potencia mecánica para aligerar sus cargas. Tiene que ser un esfuerzo mundial para lograr la paz, la plenitud y la libertad. Con la cooperación de empresas, capital privado, agricultura y la mano de obra de este país, este programa puede aumentar en gran manera la actividad industrial en otras naciones y puede incrementar substancialmente su nivel de vida".

"El viejo imperialismo -explotación para beneficio extranjero- no tiene espacio en nuestros planes. Lo que estamos vislumbrando es un programa de desarrollo basado en el juego limpio democrático".

Los expertos en el asunto lo habrán adivinado. Se trata del discurso del presidente Truman, en 1949, dando el pistoletazo de salida a lo que se empezó a llamar desarrollo. Optimista, líder, anticomunista, pero marcando sus distancias con el "viejo imperialismo" (el inglés, supongo) y mostrando lo específico de su programa. Y ahora los otros textos.

"No podemos detener al terrorismo o derrotar a las ideologías del extremismo violento cuando centenares de millones de jóvenes ven un futuro sin empleos, sin esperanza y sin ninguna forma de alcanzar al mundo desarrollado. No podemos construir una economía global estable cuando centenares de millones de trabajadores y familias se encuentran en el lado malo de la globalización, al margen de los mercados y fuera del alcance de las tecnologías modernas".

"El desarrollo fue, en otros tiempos, el terreno de los humanitarios, de organizaciones caritativas y de gobiernos que buscaban ganar aliados en las luchas globales. Hoy es un imperativo estratégico, económico y moral - tan central para satisfacer los intereses estadounidenses y resolver los problemas globales como la diplomacia o la defensa. Y como es indispensable, precisa de un nuevo enfoque".

"Así que aquellos de ustedes que se preocupen profundamente por el desarrollo..., que se preocupen profundamente por el futuro de nuestro país y de nuestro mundo... ayúdennos a enrolar más estadounidenses en este esfuerzo. Ayúdennos a reclutar expertos en tecnología, líderes empresariales, agricultores, enseñantes, médicos, abogados. Y ayúdennos a aprovechar los talentos de la primera generación global de estadounidenses, jóvenes de ambos sexos que se gradúan en nuestros institutos y universidades, las mejores del mundo. Anímenles a ser voluntarios. A trabajar no sólo para las ONG sino para prestar su energía y habilidades al Departamento de Estado y a USAID".

He aquí su autora: la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en enero pasado. Es obvio que ha llovido mucho entre aquella preocupación por los pobres y económicamente "atrasados" y la subordinación explícita del desarrollo a los intereses estadounidenses junto a la diplomacia y la defensa. La National Defense Strategy de 2008 los definía: "Los intereses de los Estados Unidos incluyen proteger la nación y nuestros aliados de ataques y amenazas, promover la seguridad internacional para reducir el conflicto y fomentar el crecimiento económico y asegurar el patrimonio común y, con ellos, el acceso a los mercados y los recursos mundiales".

Truman fue el modelo para los programas de desarrollo de la época. Básicamente, consistía en hacer a las "áreas subdesarrolladas" lo más parecidas posible a los Estados Unidos, modernizándose y superando su economía dual. Clinton podría ser inicio de un nuevo concepto de desarrollo que tampoco resuelve el problema de los "subdesarrollados". Pero hay alternativas: "Desarrollo y diversidad cultural", en los cursos de verano de la Universidad de Alicante, sin ir más lejos. Lo que hay que discutir es si son viables.