El viernes pasado, el Club INFORMACIÓN, ante el nuevo reto de futuro y de nuevas relaciones que supone para Alicante la apertura de dos grandes espacios culturales, Las Cigarreras y el MACA, convocó junto a Miguel Valor a representantes de otras instituciones públicas y privadas de la ciudad para dar a conocer sus iniciativas: Casa Mediterráneo, Camon, Galería Aural, Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la UA. Pero los tan esperados proyectos municipales no fueron presentados por las técnicas nombradas para su gestión, Rosa María Castells (MACA) y Gertrudis Gómez (Las Cigarreras), sino por el concejal de cultura, el cual no pudo desarrollar más de lo ya comunicado en otras ocasiones a la prensa, a pesar del gran interés del público en conocer la programación didáctica y de exposiciones, los criterios metodológicos que desarrollarán ambos espacios. El museo de arte contemporáneo se abrirá sin tener nombrado un director, lo que ya crea cierta confusión. ¿A quién debemos exigir responsabilidades de su funcionamiento, a la coordinadora, a falta de director, o a Miguel Valor, máxima estancia que decide todo? Esta manera tan vaga de gestionar nos impide saber por qué se hacen las cosas ni con qué criterio, ni qué clase de relación propone a los ciudadanos u otras instituciones. Pero para plantear el debate sobre cómo van a funcionar los nuevos espacios expositivos, ¿no deberíamos reflexionar sobre cómo funcionan y han funcionado durante años los actuales: la Lonja del Pescado, el Castillo, el Centro de las Artes, y por qué no, el MUBAG, en las mismas manos en la anterior legislatura? En la actualidad no tenemos una estructura de trabajo que responda a una gestión profesional autónoma.

Ese mismo día, por la mañana, se presentó a la prensa, en la Sede de la Universidad, el proyecto "Museo Emilio Varela y su tiempo", una iniciativa ciudadana, surgida del Observatorio de la Cultura, apoyada por más de dos mil firmas de importantes personalidades de la provincia y ciudadanos en general de todos los sectores culturales, sociales y políticos. A partir de la buena acogida que ha tenido la excelente exposición realizada sobre este pintor en la Lonja, se plantea un centro de investigación para la recuperación de una parte importante de nuestra historia, imprescindible para enfrentarnos a la comprensión del s. XX: el paso a la modernidad, con nuestros referentes universales, que incomprensiblemente han sido obviados por las instituciones culturales de esta ciudad. Las cosas están cambiando y los ciudadanos responden, esta es la primera iniciativa, en más de treinta años, que se propone una participación activa de la ciudadanía en la gestión de la cultura.