En estos días en que nos hemos quedado perplejos con la sanción de repentino cumplimiento al director de nuestro instituto, me he acordado de un cuento de Benedetti titulado "Ganas de embromar". Su protagonista comienza a sospechar que está siendo burdamente espiado al percibir, mientras habla por teléfono con un amigo, que alguien a quien no conocen carraspea. Pero no se asustan, sino que comienzan a burlarse del espía y fingen una conspiración para desestabilizar al gobierno, militar y fascista. Cuando lo detienen y lo torturan, comprende que bajo ciertos regímenes no se pueden gastar bromas.

Porque cuando pusimos la foto del conseller boca abajo y con aquella leyenda, no pensábamos que la cosa podía pasar de ser vista como una broma con trasfondo crítico. Pero a ellos ni les ha parecido broma, ni por supuesto están de acuerdo con la crítica. Porque una de las cosas que nos recriminan es la clase de enseñanza que les estamos dando a nuestros alumnos con una acción como ésta, que ésas no son formas de manifestarse, dicen. Pero, claro, como ninguno añade de qué otro modo hubiera estado bien protestar, lo que más bien nos quieren decir es que teníamos que habernos callado y haber obedecido, a pesar de que el asunto era extraordinariamente grave: nunca un principio de año académico fue tan absurdo como el pasado.

Consideran que nuestra acción es una barbaridad. A veces dudo de si pusimos la foto del conseller al revés o si, en lugar de eso, le dimos una paliza, lo grabamos con el móvil y lo subimos a la Red. He leído comentarios tan exagerados que cuesta trabajo relacionarlos con poner la foto de alguien de aquella manera.

Nosotros creemos que hemos protestado de una manera muy instructiva desarrollando contenidos de Historia y del ámbito lingüístico de Latín y de Inglés, basándonos en el único caso tal vez en que un museo, el de l'Almodí de Xàtiva, expone el cuadro de un rey boca abajo. Y también la consideramos pacífica. Ojalá en todos los conflictos del mundo se forzara al contrario a negociar invirtiendo su fotografía.

Porque hay otro asunto en todo esto que se olvida y que es importante: aquella foto la pusimos en medio de las protestas sindicales de principios del curso pasado. Se reivindicaban muchas cosas entre las que la más llamativa era rechazar impartir la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés y con dos profesores en el aula. Otro punto de las movilizaciones reclamaba que se sustituyera a todos los profesores que faltaran a clase con expediente o sin él. Cuando en el mes de diciembre se suspendió la huelga, se pactó con la Conselleria un calendario de negociaciones que tenía que culminar durante el mes de febrero del año pasado, justo ahora hace un año. De ese modo, apoyábamos a los sindicatos en las negociaciones.

Pero a nuestro director, por haber consentido esta forma de protesta y de apoyo a los sindicatos, le abrieron un expediente en cuyo desarrollo creemos que se han cometido diferentes irregularidades en casi todas sus fases. Tal vez han decidido acogerse a la teoría de esas tribus africanas que creen que en una foto se encuentra el alma del fotografiado y encima boca abajo. Y entre que al conseller quizá empezó a dolerle la cabeza y que relacionaron este asunto con, digo yo, alguna idea vudú, se dijeron: "Hay que acabar con las migrañas del conseller como sea".

¿Hay ánimo denigrante en esta acción? Para qué nos vamos a engañar, no es que sea del todo agradable verse fotografiado al revés, pero hay cosas mucho peores, qué sé yo, hay cosas que denigran mucho más como, por ejemplo, empeñarse en diseñar una asignatura como lo estaba el año pasado la EpC, ordenar para este mismo curso que esa asignatura la den profesores itinerantes, introducir el chino en los centros, desarrollar la teoría de la "miopización"..., esas cosas denigran más. De modo que no era denigrar lo que pretendíamos, sino llamar la atención sobre unas actuaciones políticas en el ámbito educativo. Pero siempre cabe extraer una lección: hasta el 2010, por lo menos, todavía rige esa norma de que quien dice "el rey está desnudo" no lo hace sin castigo.

En fin, que aunque empecé recordando un cuento de Benedetti, a la vista de todo lo que viene pasando y cómo viene pasando, la cosa tiene más que ver con el esperpento y, con esto y otras cosas que leemos en la prensa, no se nos ha olvidado del todo aquella definición de Valle-Inclán: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". Pues eso, lean ustedes sus Comedias Bárbaras que ahí también pueden encontrar algunas razones por las que hemos llegado hasta aquí.

Agradecemos las numerosas muestras de solidaridad que desde todos los grupos de la enseñanza nos han llegado. Tenemos que pensar que de lo que hagamos ahora dependerá la dignidad de esta profesión en los próximos años: que cada uno haga lo que considere oportuno por una profesión en que es imposible no poner el alma entera, buena o mala (cada uno la que tenga), ya que en esto es imposible ponerla a medias.