A propósito de su excelencia, de la supuesta Excelencia de la Universidad de Alicante, no cesan de rondarme por la cabeza una serie de cuestiones. La primera de ellas tiene que ver con la trayectoria de nuestra Universidad. Somos muchos los que compartimos la certeza de que, desde sus inicios, y gracias al esfuerzo de todos, esta institución ha ido siempre creciendo en calidad y prestigio. Hemos sido pioneros en numerosos proyectos de diversa índole, y todavía hoy continuamos siendo un referente en muchos de ellos. Sirva como breve ejemplo mencionar algunos de los más relevantes, sin pretender ser exhaustivo, ni mucho menos herir susceptibilidades de quienes están vinculados a muchísimos más que, por evidentes razones de espacio, no cito: la calidad urbanística y edificatoria de nuestro campus, la Biblioteca Virtual, algunas de nuestras titulaciones, la producción científica de algunos de nuestros grupos de investigación en distintas áreas de conocimiento, y nuestro proyecto original de Parque Científico (el MedPark, en su día pionero en nuestro país), son claros ejemplos de hitos ilusionantes, controvertidos quizás algunos de ellos y que en ocasiones han suscitado no pocos debates, pero que finalmente se han desarrollado con éxito en su mayoría. En esta carrera no todo ha sido fácil, y se han atravesado arduas situaciones que, a día de hoy, ya están completamente superadas.

En el momento actual nos hallamos inmersos en un proceso de cambio de planes de estudios marcado por una normativa propia (siempre discutible aunque necesaria), que parece excesiva en algunos aspectos e insuficiente en otros, y que, superpuesta a la del Ministerio, está produciendo unos resultados un tanto particulares. Si esto no se remedia, es muy posible que se produzcan ciertos desequilibrios que no sabemos bien a dónde nos conducirán. En medio de este panorama, marcado también por algunos otros contenidos, el actual equipo rectoral de la Universidad de Alicante concurrió a las pasadas elecciones con un programa en el que, entre sus temas estrella, figuraban estos dos: los planes de estudio, y la excelencia y la calidad de nuestra Universidad. El primero de ellos se encuentra muy avanzado, aunque está todavía por ver cuáles serán sus resultados.

Pero ¿qué pasa con el de la excelencia y la calidad? Siendo aún más concreto: ¿qué es lo que ha sucedido, y por qué? En el pasado mes de julio se publicó una Orden del Ministerio de la Presidencia del Gobierno, por la que se establecían los procedimientos administrativos para otorgar la calificación de Campus de Excelencia Internacional y para suscribir convenios con las comunidades autónomas con el fin de que éstas concedan ayudas a las universidades para la ejecución de Planes Estratégicos de Viabilidad y Conversión a Campus de Excelencia Internacional. La puesta en marcha y ejecución del Programa Campus de Excelencia Internacional implica una actuación coordinada entre el Gobierno, las comunidades autónomas, las universidades y los agentes sociales y económicos, encaminada a la modernización de las universidades españolas.

Las universidades que quisieran participar, deberían presentar un proyecto de conversión de sus campus al Programa de Campus de Excelencia Internacional (CEI), que especificase el punto de partida y el objetivo que se pretendiese alcanzar, y que describiese el plan de actuación plurianual que hubieran de realizar para llevar a cabo esa conversión.

Concurrieron un total de 45 proyectos de otras tantas universidades, entre ellas, la de Alicante. El resultado final de la selección, de modo esquemático, fue el siguiente:

A) Fueron 15 proyectos, presentados por universidades públicas, los seleccionados para recibir la subvención para el desarrollo y concreción del Plan Estratégico de Viabilidad y Conversión a Campus de Excelencia Internacional, y que podrán concurrir a la calificación de CEI, mediante la presentación de dicho plan ante la Comisión Internacional.

B) Se seleccionaron también 3 proyectos, presentados por universidades privadas, que, aun no recibiendo subvención, sí han sido considerados merecedores de poder presentar ante la Comisión Internacional la versión desarrollada de su Plan Estratégico, y poder obtener la calificación de CEI.

C) Otros 11 proyectos recibieron una mención de calidad por su carácter estratégico.

D) Y finalmente, a otros 2 proyectos se les otorgó una mención de calidad por su carácter original e innovador.

En ninguno de dichos grupos citados (es decir, en ninguno de esos 31 proyectos de un total de 45) se encuentra el proyecto presentado por la Universidad de Alicante, cuyo contenido, todavía a fecha de hoy, es desconocido para la comunidad universitaria.

Salvo las referencias aparecidas en la prensa escrita en las fechas inmediatamente posteriores a la noticia de la resolución del Ministerio de Educación, el preocupante hecho de tan lamentable ausencia de nuestra Universidad en esas listas, el hecho de que el proyecto con el que se concurrió no fuese considerado suficiente para ser seleccionado, está pasando prácticamente desapercibido en el campus alicantino, a tenor del grito de silencio reinante en torno al mismo. Lo que, a su vez, me parece no menos preocupante. Y todo ello me plantea las siguientes cuestiones:

Con nuestra trayectoria, con la calidad de nuestros grupos de investigación, con la favorable coyuntura adicional de tener un plan estratégico de la provincia recientemente confeccionado con la participación uno de dichos grupos, con un proyecto de Parque Científico aparentemente todavía vivo (aunque también desconocido en su fondo y en su forma por la comunidad universitaria), con 15 institutos de investigación: ¿cómo es posible que no hayamos sabido alcanzar el nivel mínimo requerido por el Ministerio?

En mi opinión, otro componente lamentable de este asunto es que, además de que no fue divulgada en su día en nuestro campus la existencia de la convocatoria citada, tampoco se hizo partícipe, al menos para aportar ideas, a ninguno de los responsables de la investigación, Junta de Gobierno, Comisión de Investigación, grupos, departamentos o institutos, hasta el punto que hoy todavía no se conocería ni el título del proyecto, si no fuese porque, hurgando en la página web del Ministerio, acaba uno por encontrarlo entre unos documentos consistentes en dos requerimientos que se le hacen a la Universidad de Alicante para que subsane defectos en la documentación presentada, y en los que se puede leer: "Título de la solicitud: Alicante Campus de Innovación y Desarrollo Sostenible".

Y no menos preocupante que toda esa sucesión de hechos inexplicados es que tampoco sepamos si, por parte del equipo rectoral, existe voluntad firme de remediar el tema en cuestión, en la línea de preparar una propuesta elaborada en la próxima convocatoria, si es que la hubiere.

Me duele que la Universidad de Alicante no haya obtenido el reconocimiento que merece. Nos duele a muchos: a todos los que, con nuestro esfuerzo e ilusión, venimos poniendo a diario en ella nuestro grano de arena para que siga creciendo. Creo que se ha dado un paso hacia atrás en la imagen que había venido forjando nuestra Universidad en el contexto nacional.

La excelencia hay que demostrarla andando; no basta con hablar de ella o darla por supuesta. Hay que cuidarla y trabajarla para mantenerla; de lo contrario, se nos puede esfumar irremediablemente.