El vicepresidente económico, Gerardo Camps, eligió el Día de Todos los Santos para comparecer ayer en carne mortal ante los periodistas alicantinos y anunciarles la buena nueva de que el Consell está por "animar" una fusión entre Bancaja y la CAM. Dice Gerardo Camps que, luego, ambas podrían "absorber" otra caja de menores dimensiones, como Caja Murcia. Se calla que lo que se pretende, tal como él lo plantea, no es una fusión, sino en todo caso dos absorciones: la de Bancaja merendándose a la CAM, y la de la entidad resultante deglutiendo a Caja Murcia. Se ve que no conoce al presidente de esta última, Carlos Egea, porque si no hubiera sido más cauto.

¿Fusión (absorción) Bancaja-CAM? Ya se avisó aquí hace meses que tarde o temprano desde el Consell vendrían con esa cantinela y que había que estar preparados para repetir el mantra mágico: si el Consell está dispuesto a soportar, en medio de esta crisis, que cuatro mil familias pierdan el empleo; si a la Generalitat no le importa que las duplicidades hagan bajar la solvencia y los resultados de la nueva entidad por unos cuantos años; si al Gobierno autonómico le da igual abrir el mercado a otras cajas más fuertes y que están con la escopeta preparada esperando precisamente que haga ese movimiento, como La Caixa, para ocupar el hueco que inevitablemente dejaría en el mercado que Bancaja y la CAM formaran una sola marca; si los máximos responsables (?) de este Ejecutivo, digo, pasan de todo eso, entonces que se haga la fusión/absorción, pero con la sede central y operativa en Alicante. Y si no están dispuestos, que les expliquen a los alicantinos por qué, en los tiempos de la globalización, internet y demás gaitas, la sede de la futura caja tiene que estar en Valencia. ¿Habrá que repetir otra vez el error que para la vertebración de esta Comunidad supondría que el centro político se convirtiera también en el corazón financiero? ¿Después de construir una autonomía tan centralista como la que los santos padres de la patria nos edificaron en la transición, qué más tenemos que perder para que quienes tienen despacho en el Cap i Casal se den por satisfechos? Dice Gerardo Camps, supongo que tomando a los periodistas de aquí por irredentos pueblerinos, que no tiene ningún problema en que las decisiones que "afecten a Alicante" se tomen en "Alicante". Gracias, conseller. Pero ya somos sucursal de demasiadas cosas como para serlo de otra más, donde tantos cuartos nos jugamos. Que se tomen las decisiones en un solo sitio, aquí, o que tengan el valor, él y los suyos, de explicar por qué sistemáticamente apuestan solo por Valencia.