A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero

Que tenemos que hablar de muchas cosas,

Compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández E l 1 de abril de 1939 atronaron las cornetas cuarteleras de los fascistas rebeldes, vencedores del Gobierno legítimo y democrático de la Segunda República y proclamaron, en Burgos, el último parte: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares, la guerra ha terminado. El generalísimo Franco». Pero silenciaron que el fin de la guerra no traería la paz, sino una represión dura, cruenta, inhumana y larga.

Días antes, el 28 de marzo, las tropas nacionales habían ocupado Madrid, prácticamente la contienda bélica había finalizado.

La caída de lo que fue la capital del Gobierno, acrecienta el número de personas, familias que en la huida buscaban la salvación. Es la trágica diáspora de parte de un pueblo; de republicanos que lucharon o apoyaron al Gobierno legítimo, militares, civiles, políticos, sindicalistas, simples militantes, intelectuales de izquierdas que desesperadamente se dirigían a los puertos de Levante para escapar en barcos hacia un forzado exilio, salvando así su vida y libertad. Alicante era uno de esos puertos y fue precisamente el último reducto territorial de la 2ª República. En los días finales de marzo se refugiaron en el recinto del puerto de 35.000 a 40.000 personas, muchos eran mujeres y niños, pretendían escapar de la represión franquista en barcos que no llegaron para todos, porque lo impidió la flota fascista.

El 28 de marzo de 1939, sobre las 23 horas, salió del Puerto de Alicante el «Stanbrook», con destino a Orán, portando unas 3.000 personas. Fue el último barco. El resto de republicanos fugitivos, más de 30.000 personas, quedaron aprisionados en el recinto portuario, sin posibilidad de escapar; hubo varios suicidios.

El día 30 de marzo de 1939, las tropas mercenarias fascistas, la división Littorio, al mando del general Gambara, ocuparon la ciudad de Alicante. Cercaron el Puerto, emplazando ametralladoras que impedían la salida al exterior por la tierra; dentro quedaban en el mayor de los desamparos aquellos indefensos republicanos que no tuvieron otra opción racional que la rendición. Así se consumó triste pero dignamente, la entrega del último territorio de la 2ª República.

Entre la madrugada del 31 de marzo al 1 de abril, todos aquellos supervivientes republicanos fueron conducidos, formando una recua humillante, desde el Puerto al Campo de los Almendros (entre la Goteta y la Serra Grossa);, centro de distribución para el fusilamiento, la cárcel, o el traslado al campo de concentración de Albatera.

Esta es la sobria narración histórica, obligados estamos por honradez innegociable a recuperar y a exponer públicamente esta verdad.

El próximo 1 de abril de 2007, aquí estaremos, por qué y para qué. La Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica nos requiere, nos convoca a todos para rendir un emocionado homenaje a los republicanos refugiados en el Puerto de Alicante, a los que lograron marchar al forzoso exilio, a los que murieron en su recinto y a aquellos que fueron apresados y conducidos al Campo de los Almendros, para ser fusilados o encarcelados, con el fin de recorrer el mismo trayecto que ellos fueron obligados a realizar, desde el Puerto al campo de hacinamiento. Para exigir a las autoridades competentes (alcalde de Alicante y Autoridad Portuaria); que resuelvan de una vez las reiteradas peticiones de esta Comisión Cívica y nos autoricen, sin coste alguno para las respectivas entidades, a erigir dos monumentos en homenaje a aquellas víctimas: «Paloma voladora hacia la libertad», en la bocana del Puerto, y el «Memorial del Campo de los Almendros», en dicho lugar.

Emplazadas quedan ambas autoridades y obligadas están a dar respuesta a nuestras solicitudes, sin escudarse en evasivas o silencios.

Es justicia objetiva que exigimos, avalada por vuestra presencia en este acto y por los centenares de significativas adhesiones recibidas.

La Comisión Cívica convoca y requiere a todos los ciudadanos que, al margen de sus ideologías, se sientan solidarios con las víctimas de aquella tremenda barbarie.

La Comisión requiere nuestra presencia a una marcha pacífica, sin ánimos vindicativos, que recorrerá el mismo trayecto, desde el Puerto al Campo de los Almendros, que bajo los fusiles fascistas tuvieron que realizar los hombres, mujeres e incluso niños, apresados.

La marcha saldrá a las 11 horas del Puerto de Alicante. En el Campo de los Almendros nos explicarán la tragedia de aquellas víctimas y se les rendirá, después de 68 años, homenaje de admiración y respeto, a los héroes, silenciosos y anónimos, de los que Max Aub, dijo con amarga rabia: «están deshechos..., destrozados, pero son, no lo olvides nunca, pase lo que pase, lo mejor de España».

Miguel Gutiérrez Carbonell es miembro de la Comisión Cívica.