LUNES. Capilla fúnebre U n embajador en Madrid escribió a su monarca hace quinientos años que a los españoles nos gustaba guerrear. Ahora nos gusta «guerrearnos» y creo que hemos salido perdiendo. El sábado salió el PP a la calle. No había dos millones de personas (era físicamente imposible);, ni trescientas mil (era informativamente ridículo);. Había mucha gente, tanta como puede convocar cualquiera si se le brinda un pretexto oportuno. Al día siguiente, los supervivientes homenajearon a las víctimas del 11-M y lo mejor que puede decirse es que no hubo heridos. El canutillo acristalado que inauguró el Rey describía perfectamente aquella penumbra: un espanto fúnebre, político, constitucional y hasta arquitectónico. Los traumas nacionales siempre tienen efectos secundarios que tienden a agravar la patología. Yo me quedo con el incidente entre Vidal-Quadras e Isaura Navarro ante el mausoleo. Ella da vivas a la República cuando los Reyes abandonan el lugar y él la tacha de «gilipollas». Algo extrañamente parecido ocurrió en la sesión constituyente de las Cortes de la II República.

MARTES. «Chic to chic» D os amigotes han reñido en la Comisión de Interior del Congreso. Para los no avezados, las comisiones se diferencian de los plenos en que hay menos gente y los oradores no deben ponerse de pie para hablar. Bueno, los dos funambulistas de la retórica eran al menos sutiles parlamentarios que administran sabiamente pausa, énfasis, gestualización y mirada hipnótica. Me refiero a Alfredo Pérez Rubalcaba (lamento recordarlo, pero ocurre que es Ministro del Interior); y a Eduardo Zaplana (lamento recordarlo, pero ocurre que no tiene otra cosa que hacer);. Han discutido sobre De Juana Chaos , un asunto que el PSOE ha pifiado miserablemente. Rubalcaba, un químico que parece abogado, ha estado brillantemente incomprensible. Y Zaplana, un abogado que parece químico, ha aplicado ácido sulfúrico a dos evidencias: no hay quien se crea que Aznar hubiese liberado a De Juana y hasta el cantinero de la Casa del Pueblo de Dos Hermanas sabe que alguien ha arriado pantalones para que no le coloquen otro cadáver en la mesa del Consejo de Ministros.

MIÉRCOLES. Sacra guarrada H e conseguido ver las fotografías pornográficas que la Junta de Extremadura promociona. El ambiente artístico es religiosamente picarón. De hecho, los protagonistas de la orgía son gente que habitualmente vemos en estampitas, efigies y catafalcos: Jesucristo , María , un ángel promiscuo, quizás un pastorcillo beato enamorado de una oveja rizosa. El modelo, o lo que sea, que encarna a Jesús parece un becario de Bellas Artes y a María le hubiese venido de perlas un «wonderbrá». Lo de menos es que se ofenda con dinero público a muchísimas personas que sufragan estas idioteces o que el espanto hubiese sido publicado hace tres años. No, lo interesante es preguntarnos porqué los mismos a quienes escandaliza una caricatura sobre Mahoma en la que el Profeta admite haber perdido el mapa del desierto, no tienen empacho en aplaudir con las orejas una fotografía en la que un becario con corona de espinas esconde el pene. Por cierto, Jesús no era zurdo: las cosas se agarran bien o no se agarran.

JUEVES. Moros en la costa U no de los disparates más gloriosos que dijo Rubalcaba el martes se refería a la política exterior. Anticipo que el argumento era muy estimable: el PP busca flancos débiles y, al no encontrarlos, acude a las lentejas de los lunes: política antiterrorista. Pero Rubalcaba se emocionó y quiso dar ejemplos de la inatacable política del Gobierno. Y mentó nuestra política exterior. Por una coincidencia aciaga, el Rey se hallaba en Argelia intentando explicarle al presidente argelino, un señor malcarado que nos vende las bombonas de gas, que cuando ZP dijo en Marruecos hace unos días que España apoyaba la política marroquí respecto del Sahara, en realidad estaba diciendo que España no tiene exactamente una postura definida siempre que no suba el precio del butano. No es probable que el presidente argelino creyera al Rey. En cambio, es completamente cierto que ZP ha tenido que rectificar en el Congreso, que los deslices se suceden y que no es lo mismo decir tonterías en una reunión del Comité Federal que abochornarnos a todos cada vez que este hombre sale de casa.

VIERNES. Vida de santos M añana toca otra manifestación. En Pamplona. Allí se conocieron San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier . El primero asediaba Pamplona con las tropas castellanas y el segundo defendía la independencia de Navarra. No habían oído hablar de Sabino Arana . Perdió San Francisco Javier y ambos hicieron migas jesuíticas. La de mañana es otra batalla, mucho más ladina por imprevisible. Un bobo que tiende a disculpar cualquier barbaridad que perpetren los inquilinos del BOE ha escrito que Navarra es la matriz de la cultura vasca. Claro, y Roma de la española. Pero a nadie se le ocurre anexionarse el Quirinal. Lo tétrico de esta inmensa irresponsabilidad es que el PSOE podría desactivar las razonables sospechas de quienes mañana vindicarán varios siglos con una escueta frase: no pactaremos con ningún partido que pretenda incorporar Navarra al País Vasco. O lo contrario.