LUNES. Toque de silencio

Los franceses cantan «La Marsellesa» mientras se afeitan, los británicos vociferan «God save the Queen» cada vez que juegan al críquet contra la selección de Sri-Lanka y los norteamericanos desafinan tantas veces con la mano en el pecho que he llegado a creer que sólo un sordo como Franklin pudo haber sido uno de los padres fundadores. Aquí no ocurre lo mismo. Tenemos un himno nacional sin letra, al punto de que la plebe improvisa un «tachán-tachán» si se impone interpretarlo, y ahora también sin música. Algunos dicen que está mal visto apropiarse de símbolos comunes y hay que admitir la justicia del argumento: si unos no quieren exhibirlos y los otros sí, procede su clandestinidad. Carentes de símbolos nacionales, la convivencia es más pacífica. El siguiente paso es prohibir que las cofradías de Semana Santa culminen sus procesiones con una eufórica actuación de la banda de música y que en los partidos de la selección española se guarde un minuto de silencio en sustitución del himno.

MARTES. Pobre de mí

De Juana Chaos ha reaparecido de cuerpo presente, encogiendo barriga, alzando el puño, semidesnudo sobre su catre hospitalario y conciliador en su sentido menos literal. No es que el hombre sea un protomártir, sino que tiene ganas de irse a casa a comer «marmitako» y merluza. Pero existen varios imponderables: nadie le ha obligado a ponerse a dieta, sigue siendo un bellaco, los jueces creen que el rancho penitenciario tampoco debe despreciarse y veinticinco cadáveres le contemplan desde lo alto de sus extintos michelines. Lástima que una campaña publicitaria de diseño en la que ha colaborado la flor y nata de nuestro periodismo resulte estéril. La obviedad es que De Juana Chaos sólo podrá volver a casa cuando el resto de la cuadrilla se disuelva, él vuelva a comer, cumpla su condena y las víctimas opten por el perdón al vencido. Por cierto, si estaba atado a la cama, ¿quién le desató para que pudiera levantar el puño?

MIÉRCOLES. Comienza el espectáculo

Se ha presentado la lista municipal del PSOE en Elche y no sé si ha sido un acto político o el ensayo general de la Pasarela Cibeles. Como se dice ahora, aquello era «fashion» en su sentido más progresista, el adjetivo que ha sustituido a socialista ante la imposibilidad de convencer al respetable de que quedan socialistas. De hecho, lo más aproximado al socialismo que sobrevive en la lista son los suplentes. Pero los niños sonreían por dos motivos: van a ganar y la política es rentable. No porque se gane dinero en ella, sino porque permite hacerlo después. Sólo lo primero les diferencia del PP: mientras el PSOE se hace fotos de invitados a una primera comunión, en el PP se las toman de frente y de perfil. No es que todavía no tenga lista electoral, sino que nadie puede calcular el número de heridos. Llegará un momento en que las informaciones sobre el PP ilicitano aparezcan en la página de sucesos y haya que retocar los pósteres de los candidatos para disimular las cicatrices.

JUEVES. De bolos

El pleno de las Cortes Valencianas celebrado en Elche posee el valor de algunos acontecimientos históricos: es imposible despilfarrar más en menos tiempo. No estamos hablando de céntimos. Asistí por curiosidad a la sesión y, gracias a un ujier, puedo confirmarles que ronco. Naturalmente, la ocasión se prestaba al lucimiento de los espadas locales y por la tribuna desfilaron con suerte diversa. En todo caso, era evidente que De España tenía hambre o que había comido demasiado. Riñe a los diputados, se enroca como un maestro testarudo, reparte displicencia y chascarrillos con éxito mejorable y, fundamentalmente, se le nota que preferiría estar en otro sitio. Por lo demás, había dos o tres zaplanistas disfrazados de ninjas entre el público y una señora me preguntó en la puerta si aquello era un congreso de la Iglesia de la Cienciología. Era una pregunta estúpida: no estaba Tom Cruise. Quédense en Valencia, trabajen y no malgasten.

VIERNES. La garra

La empresa Kelme ha rescindido su contrato publicitario con Oleguer, el jugador del Barcelona. El motivo ha sido un artículo escrito por éste en el que reclamaba el mismo tratamiento para De Juana Chaos que para Rodríguez Galindo y Rafael Vera. Estoy de acuerdo con Oleguer: los tres tendrían que estar en prisión. El problema es que Oleguer piensa realmente que sólo De Juana Chaos merece volver a casa, una postura coherente para un millonario cuyo hobby es jugar a opresores y oprimidos en la caverna nacionalista. Además, es un futbolista espantoso que se mantiene en la plantilla para que al menos haya un jugador del Barcelona que sepa catalán. Por cierto, lo de De Juana no marcha. Dicen que está engordando y Otegui anda de los nervios: él buscaba un Bobby Sands para ETA y puede encontrarse con una Esther Cañadas con calzoncillos.o