A ver si no ese espectáculo, tan amable y cortés, es broma, como se andan gastando nuestros representantes parlamentarios. Ahí andan inmersos en el descacharrante ejercicio de ponerse de vuelta y media. Controvertidos que se muestran esas señorías del ceño amenazadoramente fruncido y las bocas bien dispuestas al improperio. Con escaso sentido de la oportuna ironía, menester que, aparte de rebajar tensiones, denotaría cierto grado de fina inteligencia. Menos mal que por ahí anda un tal Albert Boadella , tan catalán y español a la vez, sin fisura alguna, que se nos viene con su obra «Controversia del torero y el toro» para mediar, fina intelectualidad donde las haya, en el fenómeno del toreo como síntesis del controvertido encuentro del torero y el toro. Cada cual, toro y torero, con su mensaje, con su lenguaje. Que sí, que sí, que torero y toro hablan y a veces se llegan a entender si el mensaje del toro, nunca falla, bien lo interpreta el torero. El buen torero, claro está.

Media Pedro Balañá en la controversia antitaurina que vienen montando algunos con poder suficiente como para intentar barrer el toreo de tierras catalanas. Se quieren cargar la plaza monumental de Barcelona, la que allá por la segunda década del pasado siglo inaugurara Joselito «El Gallo», y así, ya sin el buque insignia del rico taurinismo catalán, no dejar coso sin cabeza. No obstante la pertinaz campaña en plan barredera de todo cuanto huela a toreo, cuando se anunció que 2007 sería el último año de la fiesta del toro por el noreste español, sale Balañá y se compromete a que habrá toros en Barcelona más allá de 2008 inclusive. Fuera estúpidas controversias por lo tanto. Balañá dixit. Un respiro para la afición barcelonesa y, al paso, para la catalana en general y la española, que, no se olvide, Barcelona archiva riquísima historia de la tauromaquia. Estupendo detalle el llevado a cabo por el Club Taurino de Alicante, el pasado domingo siete, cuando, a propósito del viaje a Almería para ver la corrida concurso de ganaderías, invitó a unos cuantos alumnos, de los cursos más avanzados, de la escuela municipal taurina de Alicante. Festejo en que el toro «Intruso», de Miura , cabalmente lidiado por Luis Francisco Esplá , obtuvo el premio del jurado para el toro más bravo. También resultó premiado como mejor lidiador el diestro alicantino, que, no se olvide ni se confunda con engañosas composiciones de la figura, es la cabeza mejor amueblada del toreo actual. Capaz de convertir la lógica controversia entre toro y torero en armónico testimonio de convincente síntesis. Los alumnos pudieron asistir, a gastos pagados por la generosidad del veterano Club Taurino, a toda una viva lección de la mejor tauromaquia. Vamos, enseñar deleitando. O sea, toreando.

Y en tanto, por fin, la Banda Sinfónica Municipal recobra su afinadísimo quehacer musical, una vez superado el desconsiderado empeño de apabullarnos con docenas y docenas de pasodobles - cuatro meses que ha durado el verbenero empeño, con aires de charanga en ocasiones - la atención está puesta, por parte del aficionado, en la apertura de las plicas de los siete grupos empresariales que optan a ganar la adjudicación de la explotación del capitalino coso alicantino. Hay mucha variedad en las ofertas. De toda índole. Muy controvertidas. Dignas de cuidadoso examen y baremación. Alicante. Enero.