Los medallistas olímpicos españoles están viviendo un segundo momento de gloria con los homenajes que reciben en sus lugares natales o de residencia, antes de tomarse unos días de descanso, previos a su regreso a la rutina habitual, unos en las competiciones y otros en sus trabajos. Los Gobiernos regionales y ayuntamientos se están volcando en ofrecerles agasajos y regalos, como el "Giraldillo" -figura que culmina la Giralda- que recibió la regatista Marina Alabau, oro en RS:X, como signo de reconocimiento de sus hazañas, en un carrusel que recorre estos días la geografía española.

Pero hay quien no tiene mucho tiempo para disfrutar de las vacaciones y ya se ha puesto a trabajar. Es el caso de la luchadora alavesa Maider Unda, bronce, que volvió, en su caserío de Olaeta, a los pies del monte Gorbea, a la tarea de cuidar ovejas y elaborar quesos, un trabajo que le parece "menos duro" que los Juegos.

La regatista asturiana y economista Ángela Pumariega, oro en vela "Match Race-Elliot 6" junto con Tamara Echegoyen y Sofía Toro, se tomará unos días de descanso antes de incorporarse a su trabajo en la empresa familiar, dedicada al medio ambiente, de la que ni siquiera pudo desengancharse durante los Juegos, ya que siguió planificando la labor diaria a través de Internet.

La gallega Sofía Toro retornará a su carrera de Ciencias del Deporte y Educación Física en la Universidad de La Coruña y seguirá compitiendo y navegando con sus compañeras, ya que han sido invitadas a regatear en Corea pese a que dicha clase desaparece del programa olímpico.

También la waterpolista catalana Anni Espar, de 19 años, plata, recuperará sus estudios en Los Ángeles gracias a una beca, mientras espera con ansiedad el Mundial del próximo año que se celebrará en Barcelona.

"Me han contado que jugarlo en casa es una experiencia increíble y ojalá también ganemos una medalla", dijo Espar, que fue elegida al término del torneo de Londres en el equipo ideal de la competición, en la que la debutante España consiguió la plata.

Su compañera de selección, la aragonesa Andrea Blas, empezará tercer curso de Fisioterapia en la Universidad de Zaragoza, aunque asegura que no podrá coger todas las asignaturas porque el próximo verano se celebra el Mundial en Barcelona.

"Hemos demostrado que a España también se le tiene que tener miedo", dijo Blas, que se mostró muy contenta por el peso que han ganado las mujeres en el medallero olímpico español.

Por su parte el canario Nicolás García Hemme, de 24 años, plata en taekwondo, pasará unos días de vacaciones en Gran Canaria antes de regresar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, ciudad en la que estudia tercero de Arquitectura. Su paisana Thais Henríquez, de 29 años, bronce en natación sincronizada por equipos, se centrará en sus estudios de Educación Física y Derecho, que compaginará con su trabajo de modelo.

Hay quien no tendrá tiempo de quitarse el traje de competición, como el gallego Javier Gómez Noya, plata en triatlón, ya que competirá en el Mundial antes de octubre. Su paisana Begoña Fernández, bronce en balonmano, tampoco parará, ya que después de tres días de vacaciones se incorporará al equipo serbio RK Zagecar, su nuevo club tras desvincularse del Itxako navarro y en el que coincidirá con sus compañeras Marta Mangue y Jessica Alonso.

Lo mismo hará su compañera de selección, Macarena Aguilar, de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), que se desplazará a Dinamarca para ponerse a trabajar con su nuevo equipo, el Randers, después de vivir en Londres una "gran experiencia, difícil de olvidar". "Una medalla olímpica es para toda la vida", dijo. Quien tiene decidido parar es David Cal, que con la plata en piragüismo (C-1 1000 metros) se convirtió en el olímpico español con mayor número de medallas (5). Cal se tomará un descanso hasta mediados de octubre y luego decidirá con su entrenador el camino a seguir.