Monica Bellucci engrosa ya la larga lista de premios Donostia del Festival de Cine de San Sebastián, un premio que ha recibido con agradecimiento porque procede de un certamen que "respeta mucho" y de un país que "ama".

"Gracias, España", ha dicho la modelo y actriz para cerrar sus breves palabras tras recoger el galardón de manos del actor, director y productor John Malkovich, presidente del jurado de esta 65 edición y que fue objeto de este mismo reconocimiento en 1998.

Bellucci ha cambiado el traje de pantalón negro, que lució a su llegada y en la rueda de prensa junto a una blusa de seda color crema, por un espectacular vestido largo de color rosa.

En la pantalla gigante del velódromo, de 400 metros cuadrados, preparada en esta gala para un aforo de 3.000 personas, se han proyectado imágenes de muchas de sus películas, desde los primeras de su carrera, como el 'Drácula', de Coppola, a 'En la vía láctea', de Emir Kusturica, cuya presentación la trajo al Zinemaldia el pasado año.

Son títulos de una trayectoria en la que ha combinado el cine comercial con otro tipo de producciones, una carrera de la que la actriz ha dicho hoy que volvería a repetir si retrocediera en el tiempo.

La intérprete italiana es el último de los tres premios Donostia que el certamen ha entregado en esta edición, tras el que recogió el domingo la directora belga Agnès Varda en el Teatro Victoria Eugenia y el entregado ayer en el Kursaal al actor argentino Ricardo Darín.

Para el público que ha acudido a la ceremonia, que se celebra por primera vez en el velódromo, se proyectan esta tarde-noche dos de los títulos de su biografía que ha elegido la propia actriz, ambos del año 2000: 'Bajo sospecha', de Stephen Hopkins, y 'Maléna', de Giuseppe Tornatore.