En los magacines es normal que tengan como colaboradores a una parva de expertos en todas las ramas del saber, del querer, del pensar, o del delinquir. Por tener tienen hasta forenses, abogados, politólogos, criminólogos, expertos en vidas de mujeres absurdas como Rosa Benito y expertos en vida de hombres eminentes como Humberto Janeiro. De todo, ya digo. La actualidad marca esos programas.

Aunque también es verdad que la mayoría de las veces son esos programas los que marcan la actualidad eligiendo una parte de la realidad y machacándola hasta dejarla en los huesos, como es el caso del caso de la muerte y desaparición del cuerpo de Marta del Castillo o el caso de la desaparición de Diana Quer, que sí, que todavía hurgan y hurgan y vuelven a hurgar.

Y también tienen psiquiatras. Que no falte de nada. Cada programa tiene el suyo, aunque algunos son intercambiables y no dan abasto. Susana Griso y su 'Espejo público' tienen uno de cabecera, don José Carlos Fuertes. El jueves 2 de marzo, a raíz del autobús que informa de que los niños y las niñas nacen con sus cositas hasta que la muerte nos lleve por delante, y tratando de explicar la transexualidad, que va más allá de lo genital, hecho que niegan con el veneno cínico que les caracteriza los ultracatólicos de 'Hazte Oír', dijo que "el transexual, como el homosexual, son personas que nacen siéndolo, con una serie de alteraciones como las tiene un pederasta".

Con psiquiatras así 'Espejo público' no tiene que llevar, como llevó, a la portavoz de esa asociación de fieros e insensibles moralistas, que dijo que la campaña es por "la educación y la libertad de expresión". La mierda, cuanto más se menea, más huele.