Portentosa, dura, de una crudeza de imágenes y palabras notoria y con una sintaxis espléndida, nadie puede discutir que estamos ante la confirmación de un espléndido director, Rodrigo Sorogoyen, que había firmado dos títulos más que interesantes, '8 citas' y, muy especialmente, 'Stockholm', que merecieron mucha mejor suerte de la que tuvieron en las pantallas de estreno. Llamado a ocupar un puesto de privilegio en el futuro inmediato de nuestro país, ha forjado con esta cinta un 'thriller' tan impactante como personal que, en efecto, bebe en las fuentes de inspiración del cine norteamericano y, en menor medida, del italiano pero que denota unas señas de identidad plenamente españolas. El más que justo galardón obtenido en San Sebastián, el Premio del Jurado al mejor guión, refuerza sus numerosas virtudes.

Sorogoyen ha apoyado su película en dos frentes esenciales. Por un lado, la ha situado en un contexto revelador y muy llamativo, el verano de 2011 en Madrid, justamente cuando el Papa Benedicto XVI visita la ciudad que acoge a una multitud de fieles católicos. Por otro, acude a los resortes del 'thriller' más en boga para seguir los pasos de un psicópata que ha asesinado a varias ancianas con una terrible crueldad. Es más, las víctimas han sufrido, incluso, abusos sexuales. Un caso más que sorprendente y desconcertante del que se encargan en primer término dos inspectores de policía antagónicos, el sensato y comedido Alfaro, que además es tartamudo, y el agresivo y violento Velarde.

Los dos actúan con criterios muy diferentes y sin apenas conexión. Es el primero el que descubre que detrás de unos crímenes semejantes solo puede haber un enfermo mental. El problema es encontrarlo en una ciudad infestada de visitantes y con la efervescencia política propia de la crisis económica y de los sucesos derivados del 15M.

A partir de estos datos de peso, las imágenes se valen de la contundencia y de la elocuencia, sin dejar nada a la imaginación del espectador, para ir desgranando los elementos claves de una trama que tiene como principal aliciente la impecable descripción de los personajes.