Es automático. El invierno se acaba y comienza la época de las dietas adelgazantes. No hace falta decir que muchas de ellas son poco recomendables y que lo mejor es recurrir a las pautas equilibradas y a los alimentos convencionales.

Es curioso comprobar cómo el éxito, efímero casi siempre, de muchas dietas de moda se basa en incluir alimentos especiales. Como, pese a todas las advertencias, un porcentaje considerable de la población va a seguir este tipo de dietas, puede ser muy práctico no caer en los siguientes errores.

- Hablar del gluten está de moda, pero lo cierto es que la dieta sin gluten sólo favorece a las personas que tienen problemas con este nutriente. Y por supuesto las dietas sin gluten no adelgazan ni tienen influencia alguna sobre los depósitos grasos.

- Los zumos verdes pueden tener un montón de propiedades. Pero su salubridad siempre está en función de su composición, de la persona que los ingiere y del resto de la dieta. Hacer una dieta adelgazante basada íntegramente en zumos verdes no es recomendable.

- La publicidad puede ser francamente engañosa. Es cierto que la lactosa es un carbohidrato presente en la leche y sus derivados y que puede producir problemas en un número notable de personas. Es cierto también que dichos problemas aumentan con la edad. Ahora bien, esto no tiene nada que ver con los kilos. La ligereza que publicitariamente dan los productos sin lactosa no tiene nada que ver con su aporte energético ni con los kilos, aunque lo parezca.

- Hay muchísimos tipos de trigo, y es cierto que algunos cuentan con ventajas respecto a otros. Ahora bien, ni el kamut, ni el pan de espelta ni similares tienen efectos adelgazantes a pesar de que son excelentes alimentos.

-Y por último, los alimentos ecológicos son altamente recomendables por muchas razones. Pero por el momento no se ha visto que tengan ninguna influencia sobre la dosis de grasa de nuestro organismo.