Conocido en la historia de España es el motín de Aranjuez, pues bien, ha llegado a la historia de Gran Hermano otro: el "motín de Guadalix". Entre los concursantes de esta edición ha surgido un sentimiento 'flower power' porque no quieren nominar a ninguno de sus compañeros. Todos se llevan tan bien -de momento- y se quieren tanto que parece ser que han olvidado el objetivo principal del concurso: el maletín es solo para uno.

Azahara ha sido la que ha promovido esta idea entre el resto de sus compañeros, que parecen haber inhalado un bote de Mimosín y rechazar por completo decir el nombre de alguno de sus rivales en el confesionario. La reunión 'pre-motín' se ha producido en el salón, y como si de un gran equipo se tratase, todos han unidos sus manos para sellar esta sentada simbólica en el jardín.

Pero las cosas no han terminado ahí. El super ha llamado a todos los concursantes al confesionario. Allí, ellos han exigido que se les informe del proceso de nominación y han contado que su plan es que sea el público el que nomine, no ellos.

Esta noche le toca el turno a la organización de poner las cosas en su sitio y de recordar a los concursantes de Gran Hermano donde están, en un concurso no en la fiesta 'flower power' de Ibiza.