Las estrellas también comen. Tras el madrugón para rodar, George Clooney debía de tener hambre ayer, porque fue de los primeros en bajar desde el decorado del Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia cuando, pasadas las 12.40 horas, el director decretó la pausa para el almuerzo. El protagonista de 'Tomorrowland' no quiso privilegios y se mezcló con el resto del equipo (más de 250 personas sin contra extras) en la zona de cátering. Algún técnico reconocía después haberse llevado la grata sorpresa de encontrárselo a su lado, como uno más.

De entre los platos dispuestos para servirse, Clooney eligió una comida ligera: una merluza a la plancha "excelente", según quienes compartieron su elección acompañada por algo de verdura. Y agua mineral para facilitar el tránsito digestivo.

El actor optó por esta dieta sana y dejó de lado una hilera de ensaladas variadas, langostinos fríos, aros de cebolla, arroz blanco y ternera mechada, entre otros víveres. Provisto el menú, cogió la bandeja y buscó la tranquilidad de su caravana, identificada en la puerta con el nombre del personaje que representa en el filme (Frank).

No le duró mucho el descanso, porque la maquinaría volvía a ponerse en marcha a las 13.15 y el plató empezaba a poblarse de técnicos.

Pronto el rodaje reanudaba su actividad. Siempre a una distancia imposible para que el viandante de turno identificara la acción, salvo que portara prismáticos.

Esta circunstancia hizo que lo más atractivo para algunos de los curiosos que pasaban por la zona fuera la concentración de cámaras de televisión y fotografía compitiendo por el objetivo mayor. "¿Se le ve o no?" (a Clooney, obviamente), preguntaban los menos tímidos.

Y mientras, en el otro gran decorado construido junto a la entrada del Palau de les Arts, algunos especialistas realizaban pruebas para saltos en el aire colgados con arneses de dos grúas. El teatro de ópera, con su aspecto desmejorado por la cubierta a medio retirar, era el otro atractivo para los paseantes. "Aquí una película y allá, otra", decía una mujer con ironía a su marido.