En esto se está transformando ´Aída´ (noche de los domingos en Telecinco). Primero marchó Aída y la serie dejó de tratar sobre el día a día de tan poco ilustre fregona para someter a los personajes secundarios a subtramas cada vez más traídas por los pelos.

Después marchó el respeto a los espectadores y ´Aída´ dejó de ser una serie para transformarse en un promo descarada de ´La Voz´. O sea, que si ponen Telecinco corren el riesgo de encontrarse con que una subtrama gire alrededor del problema que tiene Machu Pichu con Mauricio Colmenero por tirarse un pedo en el Bar Reinols; y, a la vez, verán que el guion se retuerce para incrustar alguna alusión al programa ´La Voz´, ocasión que aprovechará la cadena para sobreimpresionar varios cartelitos promocionando este espacio de la casa.

Sé por qué lo digo: en semanas anteriores nos colocaron unos cuantos promos de ´La Voz´ (llegando incluso a forzar un largo y soso cameo de Jesús Vázquez), y hace siete días medio capítulo giró en torno a un moco de Chema, ¡ni Rosebud ni hostias: un moco! El maltrato a una serie que estuvo en lo alto y que procede de ´7 vidas´ -uno de los referentes de la ficción española- está acabando con ella y con la paciencia de sus seguidores que la están abandonando en masa.

Hace una semana, la estadounidense ABC insertó en el último capítulo de la serie ´Once Upon a Time´, un avance sobreimpresionado de su spin-off, ´Once Upon a Time in Wonderland´. En el promo, un conejo dibujaba su madriguera justo sobre la entrepierna de Ginnifer Goodwin y desaparecía en ella. En el ultraje a ´Aída´ ni siquiera hay carambolas así. De ´Escenas de matrimonio´, además del triste recuerdo, nos quedó una multa -ratificada hace un mes- de más de medio millón de euros por incluir publicidad encubierta. Habrá que ver qué nos queda de ´Aída´ y habrá que saber si la promoción encubierta también es delito.