Algo se mueve en la mar y no es para menos; hay que sacudirse el polvo del «menfotisme», del escepticismo, de la falta de ambición. Si siendo una Comunidad volcada en el Mediterráneo, donde a cualquiera se le hace evidente el azul del mar, la extraordinaria oferta de puertos, clubes y marinas, el tan consabido clima, los bosques de mástiles y de gente que se sube hasta a un corcho para disfrutar de esto que tenemos; si después del esfuerzo y del gasto de la Volvo Ocean Race, de las regatas y semanas náuticas de nuestros clubes, de nuestros exitosos deportistas de remo, tabla y vela; si con todo eso, no pensamos en grande y nos damos cuenta de que esto es un sector económico de verdad, como lo es en otros países y en otras Comunidades, es como para masticar, efectivamente, polvo de secarral.

A pesar de las situaciones y complicaciones que ocupan a instituciones, tertulias y debates públicos parece que, ahora, nuestros distintos responsables políticos pueden haberse tomado más en serio que nunca esto de que la náutica y las actividades marítimas son un motor económico que se puede arrancar. No es una ocurrencia de nadie, la verdad, es lo mismo que hacen en Niza, La Rochelle, Southampton, Barcelona o Baleares, pero es sumamente bienvenida esta nueva atención, muy de agradecer. El Cluster Marítim se ha reunido con la Diputación, con la Generalitat Valenciana, con numerosos ayuntamientos, con las universidades, y parece que el viento sopla a favor y que, incluso, se aparcan otras consideraciones.

Si las cosas se hacen, se mueven, atención ya que pueden salirnos bastante bien a todos: porque la Comunidad Valenciana -y en especial el litoral alicantino- cuenta con profesionales, infraestructuras y un tejido náutico y marítimo de primer orden y con unas condiciones muy, muy favorables. El sector mueve empresas, puestos de trabajo y turistas, y mucho más que podría.

Esta semana ha habido en Altea y Santa Pola unas Jornadas de Empleo y Formación a cargo del Servef, Secretaría Autonòmica d'Ocupació y del Cluster Marítim sobre el sector náutico y de actividades acuáticas. El resultado ha sido más que satisfactorio: en la Costa Blanca tenemos quien se hace cargo de la formación, sea en el Instituto Marítimo-Pesquero, en academias y en solventes empresas de preparación de profesionales, hasta hoy apenas les habían hecho caso. Tenemos talleres y empresas de reparación, mantenimiento, fabricación o mecánica y el potencial está ahí, por impulsar. Tenemos una emergente actividad de jóvenes emprendedores que si se les deja ponen a media Europa encima de tablas de paddle-surf, kayaks, motos de agua, kite, etc. Tenemos unos clubes náuticos que quieren abrirse a la sociedad y convertirse en polos de atracción, aunque apenas los estaban dejando. El buceo pide salir a la superficie, extenderse. Se lo digo: si miramos al mar hay muchas ganas de moverse.

La Conselleria d'Economia está realizando un primer estudio para retratar al sector marítimo como sector económico, la foto estaba sin hacer, pero en ello estamos trabajando desde el Cluster y desde el Ivace. Nos falta una buena ventana informática para asomarnos al mundo, hay que pedirla.

La Diputación de Alicante, a impulso del mundo del buceo, apoya la realización de una Feria, el MedSea, que en su primera edición fue un éxito rotundo de público y stands. Algunos ayuntamientos como el de Santa Pola realizan ferias de material y comercios náuticos de su zona. Altea reclamó, hace pocos días, que se la tuviera en cuenta para un mapa formativo de estudios náuticos. Nuestras dos universidades, de la mano, han proyectado con la Generalitat una serie muy concreta de proyectos académicos relacionados con la economía azul, algo en lo que la UE ya está diseñando fondos europeos que no se nos debieran escapar.

No voy a decir que el esfuerzo esté siquiera en pañales, en sus balbuceos, falta mucho, pero nos están escuchando, todos, en el ámbito provincial, autonómico y local, con iniciativas muy específicas. Yo quiero creer que en esta tierra nos hemos dado cuenta de que el mar se mueve y que dentro de la Comunidad Valenciana nadie reúne tantas papeletas para ser la protagonista, la capital y el territorio por excelencia de la náutica como la Costa Blanca. Empujemos todos. Hay que tener ilusiones y trabajar por ellas, sencillamente. Les iré contando lo que pasa en nuestra mar en movimiento.