La última edición de la Volvo Ocean Race -Vuelta al Mundo por etapas- cumplió el objetivo de contención de gastos previsto por los organizadores y según el informe de la auditoría independiente realizada los costos se redujeron a la cincuenta por ciento con respecto a la anterior edición.

La auditoría independiente realizada por la empresa PricewaterhouseCoopers (PwC) confirma este porcentaje, que implica directamente a las inversiones de los patrocinadores. Según Manuel Díaz, autor del informe, esta reducción de gastos se debe a los astilleros comunes y a la facilidad del mantenimiento compartido por todos los equipos y que introdujo en la prueba en la última edición.

"Una campaña completa ahora cuesta cerca el 50 por ciento menos que en las últimas ediciones cuando el coste fue de unos 20 millones de euros, en lugar de los 10 millones para una campaña del mismo nivel", indica el informe.

La construcción de las embarcaciones utilizadas en la pasada edición el VO65 (monocascos de 19,85 metros de eslora) bajo diseño del neozelandés Bruce Farr en un mismo astillero ha abierto nuevos caminos en la industria de embarcaciones de alta competición oceánica.

La agrupación de recursos humanos y equipos para el mantenimiento de esta nueva clase rompió con 40 años de tradición en un evento cuya primera edición se disputó en 1973 bajo el nombre de Whitbread -Vuelta al Mundo-

El informe, que fue encargado por la organización en junio de 2015, al final de la pasada edición también concluye que: "La lista de beneficios no es hipotética: el modelo ya ha sido implantado, mostrando un excelente desempeño y excelentes resultados."

Añade que: "Dicho modelo ha comportado una importante reducción de costes en contratos con proveedores de repuestos,transportes, mano de obra y personal de apoyo e infraestructuras, con una gran reducción de roturas y el consiguiente mantenimiento correctivo"

También destaca la gran mejora obtenida en el mantenimiento preventivo, detectando las debilidades potenciales antes de que deriven en averías".

Un astillero común y un mismo diseño hace mas fácil atraer a los equipos y patrocinadores, pero no solo por una cuestión de costes. El informe incide en que: "Como todos los equipos tienen el mismo diseño y construcción exacto, el riesgo de tener un barco mucho más lento que otro es más bajo. Por otra parte, la seguridad ha sido un tema clave en el proceso de diseño ya que los barcos estan diseñados para durar al menos dos ediciones de la regata más dura de la vela actual de alta competición".

Nick Bice, administrador del astillero ha señalado que: "El informe reconoce que nuestras normas están en consonancia con los más altos en la industria automovilística y aeronáutica".

"Una estadística clave que ha puesto de relieve dicho informe es que más del 90 por ciento de nuestro servicio proactivo, detectaron y arreglaron problemas potenciales antes de que provocasen averías. Solamente alrededor del 10 por ciento de ese trabajo fue reactivo", ha añadido..

Bice ha finalizado diciendo que: "Nuestra ambición ahora es simple: nuestro objetivo es llegar a un punto donde no haya excusas para roturas en la próxima carrera que los causados por errores humanos".

La próxima edición de la Volvo Ocean Race, la décimo tercera, se iniciará en octubre de 2017.