El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estimó ayer que España "tiene derecho a una nueva derecha" que no dedique todas sus energías a hacer oposición con la lucha antiterrorista y, frente al PP, defendió un país "en el que nadie imponga ninguna creencia", salvo el respeto a la de todos.

Zapatero clausuró en Zaragoza la Convención Municipal del PSOE, un acto en el que situó las políticas de sosteniblidad como eje del programa electoral socialista y donde apostó por una "gran alianza" de todas las ciudades para que el país sea líder en energías renovables y ejemplo en la reducción de gases de efecto invernadero. Ante más de 2.000, eludió citar a los obispos y centró sus ataques en el PP, por haber recurrido la ley de igualdad y leyes que amplían derechos, cuando la mayoría de los ciudadanos quiere "un país de ciudadanos libres e iguales", donde "nadie les imponga ninguna creencia, salvo lo que es la creencia de cada uno y el respeto a la de todos".

La mayoría amplia

Zapatero reclamó así una amplia mayoría el próximo 9 de marzo para abrir una etapa de progreso y "para que aquellos que cada día están en posiciones más conservadores, mas cerradas y mas excluyentes tengan que cambiar". El jefe del Ejecutivo advirtió al PP de que, tras pasar cuatro años pronosticando catástrofes, la única que no ha profetizado es la que van a tener el 9 de marzo en las urnas. "Este país tiene derecho a una nueva derecha, a ver una derecha y un PP que no ponga todas sus energías y esfuerzos en atacar al Gobierno utilizando la lucha antiterrorista", recalcó. Como ejemplo de que el PP, desde hace 20 años, señaló, "siempre llega tarde a todo y a veces de muy malas maneras".

Por otra parte, el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz visitó ayer al dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi, encarcelado en la prisión de Martutene desde el pasado 8 de junio para cumplir una condena de 15 meses. Según publica en su página web, "el encuentro se prolongó durante una hora" y Arzalluz encontró a Otegi "con mucha energía y preparado para lo peor", pero "sin saber si les será posible presentarse a las elecciones de marzo".

El ex presidente del PNV habló con Otegi en "un locutorio a través de un telefonillo, sin poder expresarse abiertamente".