E

l enfrentamiento entre la Conferencia Episcopal Española (CEE); y el Gobierno a raíz de la nota de "orientación" del voto que hicieron pública esta semana los obispos sigue ganando enteros. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, afirmó ayer que ha mantenido conversaciones con el embajador español en la Santa Sede, Francisco Vázquez, quien ha expresado al número dos del Vaticano "el sentimiento de perplejidad y sorpresa" por la postura de los obispos españoles.

Moratinos trasladó a los periodistas el deseo del Gobierno español de mantener una buena relación con el Vaticano."Queremos mantener un mejor nivel de la relación con la Santa Sede, pero no entendemos esta postura, y sobre todo reitero que lo digo como católico". También manifestó sentirse "indignado y perplejo" ante los criterios electorales hechos públicos por la Conferencia Episcopal.

La nota sobre las próximas elecciones generales de la Conferencia Episcopal señala, en una breve referencia al terrorismo de ETA, que la sociedad no puede reconocer a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población. Moratinos, que visitó ayer Rute, manifestó: "Quiero expresar mi opinión como católico, no sólo como militante socialista, y quiero expresar mi indignación y perplejidad, porque no creo que ningún católico del siglo XXI lo pueda entender". En este sentido, añadió que "hay muchos católicos en España que van a entender poco; es una jerarquía integrista, fundamentalista, neoconservadora, que no representa al sentimiento de la mayoría de los católicos españoles".

Por su parte, el obispo de la Diócesis de Guadalajara, ex portavoz de la CEE y miembro de su comisión permanente, José Sánchez, señaló que los prelados se sienten "vapuleados" por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien acusó de utilizarles para "agitar a las masas" en la precampaña electoral". Durante una entrevista en la Cadena Ser, Sánchez aseguró que la nota de la CEE no suponía juzgar "ningún hecho". "Damos doctrina pura, y el que se sienta aludido cosa suya es". "En un mitin de campaña electoral hacer chacota de los obispos recabando el aplauso de gente entregada puede tener efectos muy perjudiciales para el equilibrio del país", advirtió.