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a Conferencia Episcopal Española hizo público ayer el tradicional documento que ofrece "a los católicos y a todos los que deseen escucharnos" algunas consideraciones que "estimulen el ejercicio responsable del voto". En dicho texto, los obispos reclaman abiertamente que no se vote a los partidos que reconocen "explícita" o "implícitamente" a "una organización terrorista como representante político", en clara referencia a las negociaciones de Rodríguez Zapatero en el proceso de paz.

Así, el documento recuerda que "si bien es verdad que los católicos pueden apoyar a partidos diferentes y militar en ellos, también es cierto que no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana". "La legislación debe proteger el matrimonio, empezando por reconocerlo en su ser propio y específico", añaden los obispos en una clara crítica a la Ley del Matrimonio Homosexual.

A continuación, arremeten contra Educación por la Ciudadanía, considerando que la asignatura forma parte de "las dificultades crecientes para incorporar al estudio libre la religión católica" y que "lesiona el derecho de los padres a formar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas".

Pero lo realmente llamativo del documento es el peso de ETA en las recomendaciones de orientación del voto de la CEE: "Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor". Además, la CEE tampoco deja al margen la Ley de la Memoria Histórica porque "hay que evitar los riesgos de manipulación la opinión pública en favor de reivindicaciones ideológicas".

El PSOE respondió ayer al comunicado de la Conferencia Episcopal y dijo que es "inmoral que los obispos, como el PP, utilicen el terrorismo para hacer campaña" y recuerda que un obispo actuó de intermediario durante el diálogo que mantuvo el Gobierno de Aznar con ETA. Los socialistas afirman que "si no hay que votar a los partidos que han dialogado con ETA, no hay que votar a nadie", "ni a Adolfo Suárez, ni a Felipe González, ni a José María Aznar: todos ellos dialogaron con ETA, e incluso alguno de ellos, como Aznar, con un obispo como intermediario. Es, por tanto, un argumento hipócrita y malintencionado", sostiene.

El PSOE se refiere a Juan María Uriarte, quien, cuando era obispo de Zamora, medió entre el Gobierno de Aznar y ETA como hombre de confianza del entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.

El candidato de CiU al Congreso por Barcelona, Josep Antoni Duràn i Lleida, mostró su desacuerdo contra los obispos y recordó que la Iglesia "muchas veces" ha jugado "un papel mediador entre Estados democráticos y organizaciones terroristas". El BNG instó a la Iglesia a que comience a "prescindir" de la subvención que le otorga el Estado.