La Ertzaintza localizó ayer en un camino vecinal del barrio de Andra Mari de Getxo (Vizcaya); un barril metálico de cerveza con alrededor de 30 kilogramos de explosivo, "posiblemente amonal o amosal", a la que se había añadido un cordón detonante.

La localización de este artefacto se produjo después de que un vecino de la zona avisara por la mañana a la Policía Local de la localidad vizcaína de la existencia de un objeto sospechoso, que al parecer él mismo detectó ya durante la jornada de anteayer.

Los agentes municipales constataron la existencia de este objeto, por lo que, en previsión de que se pudiera tratar de un artefacto o de un depósito de explosivos, pusieron el hecho en conocimiento de la Ertzaintza.

Hacia las doce y media del mediodía de ayer especialistas de la unidad de desactivación de Explosivos de la Ertzaintza comenzaron la inspección del objeto, localizado en el camino vecinal conocido como Estrada de Diliz, y tras varias horas de trabajo comprobaron que el barril contenía la citada carga explosiva.

La ausencia de un temporizador u otro iniciador y lo apartado del lugar donde se ha encontrado el artefacto, en un camino vecinal sin salida, al que se llega después de dejar otros dos caminos secundarios y en una zona rural de caseríos, son las principales razones que llevan a los expertos policiales a considerar que se trataba de una entrega de un artefacto entre miembros de ETA, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

Por otro lado, Ainhoa Adín Jáuregui, arrestada el pasado martes en Hendaya (País Vasco francés); para ser interrogada por la policía sobre sus posibles vínculos con ETA, fue puesta en libertad sin cargos. Las fuentes indicaron que la Policía francesa no tiene constancia de ninguna euro-orden, pero su nombre figura en la lista de los 19 miembros de ETA más buscados por la Policía española.

La Policia española cree sin embargo que Adín estaba integrada en el "comando Ibarla", al que se le imputa la colocación de diversas bombas en las localidades de Dénia, El Altet y Oliva, así como el atentado de El Corte Inglés de Valencia, en el verano de 1995.

ETA ha elaborado un "manual básico" con el que instruye a sus comandos en el conocimiento, utilización y elaboración de artefactos explosivos y armas, que incluye dos fichas que tienen que rellenar "obligatoriamente" si el atentado falla o el material que reciben es defectuoso.